Se trata de una isla bautizada como Shelly Island que apareció en Estados Unidos, frente a Cape Point en Buxton, Carolina del Norte.
Esta franja de tierra, en forma de banana, tiene una extensión de al menos kilómetro y medio de largo y unos 146 metros de ancho y se formó, al parecer, en pocas semanas, según apunta el diario local The Virginian Pilot.
Muchos son los surfistas y los pescadores que se dan cita en las playas de esta zona. Cuando la isla apareció muchos fueron los que se acercaron a esta nueva extensión de arena al descubrirla.
A pesar de la idílica apariencia, esta isla es más traicionera de lo que parece. Llegar hasta ella tiene sus riesgos. El océano rompe hacia un lado en la costa este y en dirección contraria en la meridional. La corriente que se genera es muy fuerte entre el espacio de 15 metros que separa la costa con la nueva isla.
“La gente no debería intentar caminar ni nadar en esa corriente”, advirtió Dave Hallac, superintendente de la costa nacional de Cape Hatteras.
Podría haber aún más peligros. Cientos de miles de anzuelos de pescar, acumulados durante décadas, reposan en el fondo que separa ambas partes, destaca Bill Smith, presidente de la North Carolina Beach Buggy Association.
Además, “tiburones de hasta metro y medio de largo y rayas tan grandes como la cabina de un camión han sido vistos rondando por debajo de la superficie”, afirma.
Por el momento, decenas de personas han tenido que ser rescatadas en Shelly Island. Algunos cruzaron con bastante facilidad durante la marea baja, pero luego no pudieron regresar cuando la marea subía, haciendo las aguas más profundas con corrientes mucho más fuertes, dijo Bob Helle, jefe asistente del Escuadrón de Rescate de Hatteras Island.
A través de un comunicado, las autoridades advierten que los visitantes pueden visitar la isla usando kayaks o tablas, en vez de nadando.
CC