No sólo un dieta balanceada y una rutina de ejercicios son importantes para mantener el peso ideal. Varios estudios demuestran que no dormir bien puede influir considerablemente en el aumento del peso corporal.
Esto sucede debido a que el sueño es regulador de la glucosa en la sangre, la ausencia de sueño se asocia con una menor tolerancia a la glucosa y la resistencia a la insulina, condiciones metabólicas que conllevan a un riesgo de obesidad y diabetes.
En personas jóvenes y sanas la restricción del sueño a 4 horas por día, a lo largo de 6 días, es suficiente para reducir la curva de tolerancia a la glucosa y producir un estado hiperglucémico, es decir, alto índice de azúcar en la sangre.
¿Por qué sucede esto?
El sueño se compone de 5 etapas o fases, siendo las fases 3 y 4 la de “sueño lento o profundo” y se consideran las más reparadoras porque están relacionadas con cambios metabólicos y hormonales.
En ambas fases se regulan los niveles de insulina, debido a que en este momento el cerebro utiliza menos glucosa, la glándula pituitaria secreta menos corticoesteroides, la actividad nerviosa y muscular es menos activa, por lo que los requerimientos energéticos disminuyen.
En consecuencia, el organismo necesita menos energía y el metabolismo de la glucosa disminuye. Dormir bien ayuda al páncreas a regular los niveles insulínicos en la sangre y por ende un funcionamiento metabólico equilibrado necesario para quemar de forma efectiva las grasas en el cuerpo.
Si deseas mantener un peso ideal lo recomendable es que duermas entre 7 y 9 horas diarias, mantengas una dieta balanceada (proteínas, vegetales, carbohidatos y frutas) y realices una hora de ejercicio cardiovascular todos los días.
AMR