En Ecuador se libra una batalla entre dos modelos totalmente antagónicos en estas elecciones presidenciales; con una gran incertidumbre por los resultados que emitirá el Consejo Nacional Electoral (CNE) en las próximas horas.
El partido de gobierno Alianza País (AP) con el 91,90% de los votos escrutados tiene un 39,07% de apoyo y está rozando la victoria en una primera vuelta. Mientras que la oposición busca deslegitimar el órgano electoral para generar una falsa expectativa.
«La tendencias electorales hablan sobre el triunfo inminente de Lenín Moreno sobre el candidato opositor, el ex-banquero Guillermo Lasso. Sabemos que los votos que faltan por contar en la provincia de Manabí y los del extranjero, pudiera concretar los resultados favoreciendo al candidato oficialista», así lo argumentó Erick Linares, analista internacional.
Linares destacó que, la continuidad de AP en el gobierno «oxigenaría los procesos democráticos de corte socialista en la región, una vez que la izquierda ha tenido derrotas sensibles en el continente, tales como el golpe de Estado contra la presidenta Dilma Rousseff y la pérdida de poder del kirchnerismo en Argentina».
Lenín es una esperanza para la región
El analista señaló que organismos como la Celac, Unasur, Mercosur, y Alba, se fortalecerían con la victoria de Lenín Moreno. «Sería una esperanza de que no todo está perdido», añadió Linares.
Para el internacionalista, el perfil del candidato oficialista es muy importante, «Moreno muestra un nacionalismo a sus votantes; no busca ser un factor disuasivo en la región, si no más bien pretende darle continuidad y mantener las políticas sociales que apunte a la estabilidad y la mejora de la calidad de vida de los ecuatorianos», agregó.
«Moreno cuenta con un respaldo en cuanto a legitimidad para llamar al diálogo. Incluso ha dicho que no tiene ningún problema en consultar a la oposición para desarrollar planes internos», indicó.
Una posible segunda vuelta
En Ecuador es constitucional el proceso de segunda vuelta en las elecciones presidenciales de no superar el 40% de los votos. En ese sentido, el analista sugiere politizar lo más posible la campaña electoral para mostrar dos tendencias.
«Para la oposición ecuatoriana ir a una segunda vuelta significaría unas primarias y, simplemente el resto de los candidatos con menos votos irían a un proceso electoral donde se juegan cartas de negociación», apuntó Linares.
Indicó que, en virtud a las contradicciones de la oposición, ir a una segunda vuelta le pudiera favorecer al candidato Lenín Moreno. «No todo lo que no es oficialismo es oposición», apuntó Linares.
La legalidad del proceso de votación fue respaldada por cientos de veedores internacionales, quienes también apoyaron la decisión del CNE de suspender cualquier proyección o conteo rápido, y esperar a terminar el escrutinio de todos los votos antes de dar un resultado oficial.
BD