Impunidad: La verdadera Reina de España

Cual concurso de belleza, la reina de España, Letizia Ortiz se pelea la corona española con la impunidad, si de competir se tratara, la segunda arrasaría por popularidad. El país europeo, cuya monarquía reside en una burbuja que la separa de la realidad, quizá ni ha notado lo que sucede en el país respecto a la violencia de género, asunto calificado por estudiosos en la materia como “genocidio”.

La España que desprecia a los migrantes lo hace también con las mujeres, que representa el 50,6% de su población y que no cuenta con ninguna garantía de seguridad en sus vidas. No fue sino hasta 1984 que se inició una precaria recolección de datos sobre asesinatos de mujeres. Las primeras cifras fueron de las comisarías de la Policía Nacional que recibía denuncias por “malos tratos” y apenas en 1990 comenzaron a aparecer datos estadísticos en las Memorias Anuales del Ministerio del Interior.

El cómputo institucional se ha venido adaptando a los nuevos mecanismos de recolección de datos y los muestra a través de un informe anual de violencia de género desde el año 2003, desde esa fecha hasta el 2015 han registrado 826 víctimas mortales de feminicidio, de las cuales 60 corresponden sólo al año 2015.

“La persistencia de los asesinatos y la variabilidad de las tasas a lo largo del período, pone en evidencia que la violencia de género, en su más brutal expresión, afecta a todo el territorio y golpea de forma sistemática. Cada asesinato modifica de forma sustancial las cifras y su distribución”, reza en sus líneas el informe de 2015. Pero las únicas víctimas no son las mujeres, el número de hijos e hijas que entre 2013 y 2015 perdieron a su madre por violencia de género es de 245.

Según el del Consejo General del Poder Judicial durante el año 2015 hubo 129.193 denuncias por violencia de género, es decir: una media mensual de 10.766 y una media diaria de 354. La cifra total de 2007 a 2015 llega a 1 millón 181 mil 370, sin embargo hasta el 31 de diciembre de 2015 el número de internos con condenas por delitos de violencia de género era sólo de 5.915, traducimos: sólo el 0,5% de los agresores fueron castigados.

La cifra de víctimas de este problema, «de proporciones endémicas» según la Organización Mundial de la Salud (OMS), es muy difícil de aproximar. «Las estadísticas que existen se basan sólo en las denuncias, por lo tanto, su magnitud queda muy infraestimada», apunta Sonia Cruz, psicóloga española experta en violencia sexual.

El gobierno ostenta entonces cifras que sólo ponen en evidencia la patriarcalidad de la justicia, el machismo de los jueces y la impunidad del Estado. Sin tomar en cuenta que la jurisprudencia tipifica los delitos sexuales en dos: abuso sexual, penado de 1 a 3 años de cárcel (si existe penetración de 4 a10 años) y agresión sexual, con penas de 1 a 5 años y si hay penetración fálica pasa a ser violación, cuya condena va de 6 a 12 años de prisión”. ¿Por qué la diferenciación de términos para definir un solo delito?

¿Manadas o jaurías?

Recientemente los medios reseñaron el famoso “Caso la Manada”, que no fue más que el relato de un hecho ocurrido durante las fiestas de San Fermín en Pamplona, donde un grupo de cinco hombres violaron a una chica de 18 años. El castigo (por abuso sexual no violación) fue de 9 años por un agravante de robo, 2 años después, por 6 mil euros, el gobierno liberó a los violadores y les incorporó a sus trabajos, confirmó en julio pasado el Ministerio de la Defensa.

Antonio Manuel Guerrero Escudero, uno de los violadores, volvió a su ocupación como guardia civil, aún cuando está siendo investigado por otro hecho similar al de San Fermín. Guerrero a los días de ser liberado fue sorprendido tratando de sacar un pasaporte a pesar de tener prohibición de salir del país y así reseñó la policía el suceso:

https://twitter.com/policia/status/1012274118320943104

Ángel Boza, otro integrante de “la manada” fue detenido en Sevilla por robo y agresión, el hombre fue capturado en su coche a pesar de tener sobre sí una suspensión del permiso de conducir. Los guardias que lo detuvieron resultaron lesionados. Surge una duda: si dos guardias resultaron lesionados por uno sólo de ellos, ¿cómo es que un juez duda de la agresión de la chica por parte de una jauría de 5 hombres?. Pero, ¿quiénes eran estos hombres?

Juicio social vs juicio gubernamental

El controvertido caso generó una movilización sin precedentes en rechazo a la forma en cómo se trató a la víctima en el juicio donde se le calificó de “promiscua y mentirosa”; a la ligereza con la que las autoridades trataron “el castigo” de los violadores; y a los argumentos de los jueces para dejarlos en libertad condicional.

Ricardo Javier González, uno de los tres los jueces (varones todos), defendió la absolución argumentando que “no se percibe en la expresión de la víctima atisbo alguno de oposición, rechazo, disgusto, asco, repugnancia (…) La expresión de su rostro es en todo momento relajada y distendida, por el contrario, lo que me sugieren sus gestos, expresiones y los sonidos que emite es excitación sexual«.

Risto Mejide, conocido presentador de televisión en rechazo a la medida escribió vía Twitter una gran verdad: “Violadores del mundo, ya tenéis destino vacacional perfecto, pensado para vosotros. Sin riesgos, sin memoria para la reincidencia y sin incómodas estancias en prisión. Descuentos especiales para grupos”.

España también tiene el panorama más variopinto en lo que se refiere al negocio del sexo. La falta de una legislación específica del país europeo y la apertura de las fronteras ha aumentado el negocio de la trata de personas y propiciado el flujo de mujeres procedentes de otros países que son obligadas a vender su cuerpo.

El grupo internacional de Derechos Humanos Women’s Link, dijo que el caso de La Manada “había ofrecido a los jueces una oportunidad única de establecer un precedente que ayudaría a proteger a las víctimas de agresiones sexuales en un futuro”, pero sucedió lo esperado: el tribunal no hizo nada al respecto y la impunidad volvió a reinar en el país. El caso en España sirvió como referente para que se replicara un año después en Chile y luego en EEUU usuarios de la plataforma digital Roblox aprendieron y simularon una violación grupal al avatar de una niña.

EC

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