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El hombre del diálogo

Miguel Obando y Bravo, se convirtió en una de los personajes más respetados en la vida contemporánea de Nicaragua, siendo éste un «Prócer por la paz y la reconcialiadión«, nombrado por el Presidente de este país Daniel Ortega.

Investido por el papa Juan Pablo II como Obispo en el año 1968, Obando y Bravo, ocupó esta nueva responsabilidad luego de su labor en las montañas de Matagalpa, al norte del país centroamericano, para luego instalarse en la Diócesis de esta localidad.

Miguel Obando y Bravo, fue Presidente de la Comisión Nacional de Reconciliación, entidad organizada en cumplimiento de los Acuerdos Esquipulas II, fue nuevamente designado mediador en 1987 para negociar el proceso de paz en Nicaragua.

Con la llegada del gobierno sandinista en el país, Obando participó como testigo durante las conversaciones para la paz, que terminaron en el año 1990 con la firma del documento de alto al fuego, que planteaba el cese definitivo de la lucha armada en el país.

Obando participó como testigo durante las conversaciones para la paz en Nicaragua.

Entre los años 1990 y 1997, medió para acabar nuevos conflictos armados que se desataron en el país, así como en las huelgas contra el gobierno de turno, incidiendo así en la opinión de la política nacional y en la toma de decisiones de los nicaragüenses.

Con Ortega en el poder, en el año 2007 es nombrado responsable de la nueva Comisión de Paz y Reconciliación, y en 2012 condecorado con la orden de la independencia cultural Rubén Darío.

Presidente de la República, Comandante Daniel Ortega, Compañera Vicepresidenta Rosario Murillo y Cardenal Miguel Obando

El Ejecutivo destacó que el cardenal emérito era «uno de los personajes más importantes de la historia contemporánea y artífice de la paz» siendo una «inspiración para todo el pueblo nicaragüense por su vocación de servicio y amor», por lo que fue investido como «Prócer de Nicaragua».

MP

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