La tragedia fue confirmada por las autoridades chilenas: el Hércules C-130 de la Fuerza Armada de Chile, se precipitó al mar de Drake en la zona sur del país, que pone término a la plataforma continental de Suramérica y abre el estrecho con la Antártida. El hallazgo de restos humanos en el lugar del accidente, fue confirmado por el ministro de la Defensa Alberto Espina Otero.
El alto funcionario militar anunció que oficialmente se han dado por muertos los 38 ocupantes del avión y ofreció palabras de condolencias para los familiares de las víctimas. «Cuando mueren 38 compatriotas colaborar no es un favor, es un deber, porque los familiares y el país se merecen saber qué pasó», dijo.

La aeronave militar despegó el pasado lunes a las 16:55 horas de la base aérea Chabunco de Punta Arenas, al sur de Chile. Pasadas algunas horas se perdió todo contacto con la tripulación. La última comunicación se estableció a las 18:13 horas de ese mismo día y, según se reportó, no había problemas en el vuelo.
Un vuelo de alto riesgo
Navegantes y pilotos de avión coinciden en que la zona del mar de Drake, en el conocido estrecho de Magallanes, es una región de difícil travesía. Es un lugar en el que se hace casi imperioso viajar con apoyo desde tierra firme. El piloto ruso Yuri Sitnik, conversó con Sputnik Mundo sobre lo arriesgado de volar por esa zona. «Ni se imaginan lo peligrosos que son tanto el Polo Sur como el Norte. Son unas regiones que no están estudiadas en absoluto y sobre las que sabemos muy poco», comentó.

El piloto, valorado como uno de los mejores de la Federación Rusa, dijo reconoció que “este tipo de “vuelos se realizan con una buena dosis de instinto y con la ayuda de los operadores en tierra. Son unos vuelos muy complicados, así que para ellos se seleccionan tripulaciones con experiencia, sin miedo y con una inteligencia sobresaliente para tomar las mejores decisiones».
La región por la que volaba el Hércules C-130 de la aviación chilena, puede cambiar las condiciones climáticas de un momento a otro, dejando la capacidad de maniobra en la decisión de los pilotos. “Es un trabajo muy peligroso y pueden darse situaciones sin salida”, concluyó Sitnik.
El gobierno chileno organiza los homenajes militares correspondientes para los ocupantes del avión siniestrado, a quienes ascenderán post mortem en un acto oficial.
RB/VTactual.com