Lo ocurrido con la esgrimista Alejandra Benítez, ex-ministra del Deporte, a quién el Gobierno de Canadá le negó la Visa para participar en un evento clasificatorio a los Juegos Olímpicos Tokio 2020, es solo la punta del iceberg con relación a la repercusión directa que tiene sobre el pueblo venezolano la guerra no convencional que sostienen diversos países (con Estados Unidos y la Unión Europea a la cabeza) en contra de ese país suramericano.
En uno de los principios fundamentales, la Carta Olímpica reza lo siguiente:
6. El Movimiento Olímpico tiene por objetivo contribuir a la construcción de un mundo mejor y más pacífico, educando a la juventud a través del deporte practicando sin discriminación de ninguna clase y dentro del espíritu olímpico, que exige comprensión mutua, espíritu de amistad, solidaridad y juego limpio
Negarle a una atleta una visa para entrar al país por su posición política ¿No es discriminación?
¿Dónde queda la «comprensión mutua, el espíritu de amistad, solidaridad y juego limpio»?
El Comité Olímpico Internacional ¿Hizo lo suficiente o es complice del Gobierno de Canadá?
La repercusión que tuvo este caso fue inmediata, para bien o para mal, muchos venezolanos se han manifestado en las redes sociales sobre lo ocurrido con Alejandra Benítez quien ve cómo le ponen trabas a su participación en sus 5tos Juegos Olímpicos solo por tener una postura política.
El problema es que ella no es la primera, ni será la última criolla, en sufrir las consecuencias de una serie de sanciones solicitadas por un grupo de ¿venezolanos? quienes aseguraron que: «nunca tocarían al pueblo venezolano, solo a su Gobierno».
En los últimos años los deportistas han tenido que hacer, literalmente, maromas para poder llegar a sus destinos y representar al país en distintos eventos. La idea es golpear directamente al deporte venezolano y que los resultados se noten en las participaciones internacionales.
La situación es muy compleja, a veces ni el propio atleta lo entiende, pero desde conseguir un pasaje, hasta hacerles llegar los viáticos o el dinero para pagar su entrenamiento en distintas zonas del planeta, es una labor altamente complicada debido al brutal bloqueo al cual está sometido el país.
Casos hay muchos: A la Selección de Karate le negaron las Visas en Panamá y no les permitieron competir en un Panamericano (son los campeones por cierto). A la Selección de Voleibol femenino no las dejaron entrar en territorio dominicano para continuar su preparación y debieron mantenerse un mes en Cuba. O la lamentable actuación de la Major League Baseball (MLB), organismo que prohibió a sus peloteros actuar en la Liga Venezolana de Béisbol Profesional.
Eso sin contar las tantas veces que un atleta debe agarrar un autobús hasta Cúcuta, Colombia, para luego tomar un vuelo a su destino internacional.
Hay ocasiones en las cuales los grandes entes del deporte mundial ayudan. Como en los Juegos Panamericanos de Lima 2019 en donde la Organización Deportiva Panamericana (ODEPA) cubrió con los gastos de la delegación venezolana y su respectiva logística (Visas incluidas).
Pero la mayoría de la veces estas instituciones están alineadas con otros intereses, como la Organización Deportiva Bolivariana (ODEBO) que le retiró a Venezuela la organización de los Juegos Deportivos Bolivarianos del 2021, que debían celebrase en los Valles del Tuy, por «medidas de seguridad» y sin importarles la inversión que ya había sido realizada por el país.
Si quieren golpear al deporte venezolano, lo están logrando. Lamentablemente, para los Juegos Olímpicos Tokio 2020 (con mucha probabilidad) Venezuela llevará a una baja cantidad de atletas en comparación a lo que han sido los últimos JJOO (Beijing 2008, Londres 2012, Río 2016).
Pero cuidado y el tiro les sale por la culata… Con la calidad de los atletas que estarán en Tokio, éstos pueden ser los MEJORES Juegos Olímpicos en la historia del país.
Junior Cordero/VTactual.com