Las autoridades francesas consideran que una reforma del asilo debe convertirse en prioridad esencial para los próximos dirigentes la Unión Europea (UE), ya que el sistema actual no funciona y además la presión de los flujos migratorios “ha socavado la libre circulación en el espacio Schengen”.
De hecho, media docena de países, de los 26 que conforman el mencionado tratado, que procura la abolición de los controles fronterizos en las fronteras comunes, han establecido en los últimos años severos controles por motivos de seguridad, terrorismo o por los altos flujos migratorios.
Para restablecer esa confianza y que vuelva a existir una verdadera libre circulación en el espacio Schengen, desde París piden “reforzar la agencia europea de control de fronteras externas, Frontex, y reformar el asilo” como elementos imprescindibles.
Evaluar la figura del asilo
Así, explica que la primera «prioridad» tiene que ver con que «nuestras fronteras exteriores sean fronteras, no podemos tener una política migratoria si no sabemos quién entra en nuestro país«, dijo la secretaria de Estados para Asuntos Europeos, Amélie de Montchalin.
«La segunda cosa esencial es que nos hace falta un derecho de asilo común. Si alguien llega a España y pide el asilo en España, se desplaza 600 kilómetros y lo pide en Francia, hace 500 kilómetros más y lo pide en Alemania, con ese sistema puede quedarse en Europa 4 o 5 años de media», completó De Montchalin.
La secretaria de Estado consideró que el sistema actual «no es aceptable»: «Eso no funciona. Por tanto, pienso que hay un acuerdo muy fuerte hoy con España en el sentido de que hace falta una reforma».
Contra la migración ilegal
La funcionaria remarcó que el reto tiene que ver con “reintroducir una responsabilidad colectiva europea en materia de migración, encontrar una solución global y asociar plenamente a todos los socios europeos a los mecanismos de lucha contra la migración ilegal y a la gestión de las demandas de asilo, que se concentran especialmente en Alemania y Francia”.
Se trata, en definitiva, de hacer ver a todos los socios comunitarios, incluidos los reticentes del grupo de Visegrado (Hungría, Polonia, República Checa y Eslovaquia), que la migración es un problema común, ya que quien entra por una playa española puede terminar en Varsovia, añadieron las fuentes galas.
FF