Cuando la brisa se cuela por los morichales del llano venezolano y se oye el rasgar de las cuerdas de un cuatro que señala la lucha de dos copleros a través de versos y canto, resulta difícil no recordar la historia de Florentino el que cantó con el diablo.
Si uno de los deberes fundamentales de la poesía es contar, Alberto Arvelo Torralba en su poema “Florentino y el Diablo” logra con maestría hilar un pasaje cuyo argumento data de los inicios de la humanidad: la lucha del bien contra el mal. Cuenta así la reñida contienda en la que el Diablo reta a Florentino, el mejor coplero del llano, a batirse en un contrapunteo para vencerlo y cobrarle como premio la vida.
El poema, en su versión de 1950, empieza con “El reto” en el que precisamente el Diablo se le aparece a Florentino como una sombra y lo desafía:
Amigo por si se atreve,
aguárdeme en Santa Inés,
que yo lo voy a buscar
para cantar con usté.
A lo que Florentino taciturno responde:
Sepa el cantador sombrío
que yo cumplo con mi ley
y como canté con todos
tengo que cantar con él
Y comienza “La Porfía”, el duelo donde ambos personajes se debaten en un canto a muerte:
Zamuros de la Barrosa
del alcornocal de abajo:
ahora verán señores,
al Diablo pasar trabajo.
Finalmente Florentino prolonga la contienda verso tras verso hasta que al amanecer el Diablo es derrotado con la maestría del llanero y la astucia de su palabra firme y bien lograda.
Son muchas las versiones e interpretaciones que se han hecho de este poema compuesto en versos octosílabos, una de las más reconocidas es la de Juan de los Santos Contreras “El Carrao de Palmarito” y José Romero Bello. Se destaca también la del maestro Antonio Estévez y su Cantata Criolla “Florentino el que cantó con el Diablo” estrenada el 25 de julio de 1954 en el Teatro Municipal de Caracas. También al cine se ha llevado el poema Florentino y el Diablo, siendo la película de Michael New una de las mejores logradas, merecedora de varios galardones por la calidad de su puesta en escena. Cabe mencionar la versión en rap de Arena La Rosa y Rodbexa cuyo video retrata un contrapunteo en medio de la noche de la urbe caraqueña.
La batalla de Santa Inés
Quien supo sentir y transmitir el valor estético y moral de Florentino y el Diablo fue el líder Hugo Chávez. Barinés como su autor y defensor de la tradición del llano, asomó por primera vez unas coplas del poema el 11 de julio de 1999, recién llegado a la presidencia de la República en el programa Aló Presidente Nº 7, trayéndolas a colación, a propósito del proyecto constituyente que se llevaba a cabo en el país para dar nacimiento a la nueva constitución: “…esto es como Florentino y el Diablo: Florentino es el constituyente y los corruptos son el diablo”.
En múltiples oportunidades Chávez recitaba de memoria pasajes completos del poema, lo relacionaba tanto con la realidad política del momento como con la profunda emocionalidad humana que cada verso transmite.
Pero es el 3 de junio de 2004 cuando el poema de Alberto Arvelo Torrealba pasa a ser un símbolo permanente en la contienda electoral por el referéndum revocatorio al que fue sometido el presidente Chávez, la llamada por él Campaña de Santa Inés. Por primera vez en la historia de Venezuela una campaña política se inspiraba en un poema: “Estuve revisando ayer Florentino y el diablo, y se me parece tanto a la Campaña de Santa Inés que hoy anuncio a los venezolanos que me convierto en el comandante de la campaña de Santa Inés”. En esa contienda electoral, el entonces presidente de Venezuela, Hugo Chávez resultó vencedor, y luego aseguró: “Florentino somos todos”.
Florentino y el Diablo forma parte del imaginario político-cultural del venezolano, en sus versos se despliega un conjuro contra el mal que asecha a este bravo pueblo.
CD