“En el caso de los feminicidios, de las agresiones y de las violaciones, también hay una deuda pendiente de los medios con la sociedad. Cuando se informa, se informa para atraer espectadores y por lo tanto se produce un espectáculo del crimen, y ahí ese crimen se va a promover”, Rita Segato.
La violencia de género y los feminicidios son una realidad alarmante. De acuerdo con la Organización de Naciones Unidas (ONU) la violencia machista es una pandemia mundial que provoca más muertes que la tuberculosis, la malaria y todos los tipos de cáncer juntos.
Es importante educar, concientizar y denunciar este flagelo. Sin embargo, diversos estudios arrojan que la cobertura irresponsable que muchos medios de comunicación le dan a los feminicidios produce un “efecto imitación” – también conocido como Copycat – similar al que generan los suicidios.

El Efecto Copycat
El Efecto Copycat – o efecto imitación – es el poder de los medios de comunicación y la cultura para crear una epidemia de conductas similares. Así, es habitual que tras la aparición en los medios de un suceso violento de gran impacto, se reproduzcan varios similares.
La teoría del copycat pone énfasis en el carácter contagioso, imitativo, de las actitudes violentas debido a la excesiva visibilización mediática. En contextos criminológicos, el copycat es alguien que realiza un crimen copiando el modus operandi tal y como los medios de comunicación lo han publicitado. Guarda relación con el fenómeno de aprendizaje vicario, en el que la persona aprende de otra mediante la observación.
Estudios que relacionan los feminicidios con el Efecto Imitación
Un trabajo realizado por el catedrático en Bioestadística Juan de Dios Luna del Castillo (2011) arroja que existe un “patrón de concentración” en feminicidios porque se produce un efecto imitación, el cual podría estar motivado por la información dada por los medios de comunicación.
Tras analizar 545 feminicidios, concluyó que el 25% tienen lugar al día siguiente de un crimen previo, mientras que el 21,65% se concentra al cabo de 10 días del primero. Esa distribución no fue al azar, sino que fue un número de asesinatos concentrados en determinadas situaciones mayor de lo esperable en una distribución aleatoria; por lo que podrían responder a un esquema de contagio. Esa distribución no aleatoria permite afirmar además que, tras un feminicidio, el riesgo de que se dé otro es de 1,67 veces mayor.

De acuerdo con la tesis doctoral de la licenciada en derecho Isabel Marzabal Manresa (2015), la probabilidad de que se cometa un feminicidio aumenta 24 veces si en los 10 días anteriores han aparecido en los medios de comunicación noticias de asesinatos de mujeres a manos de sus parejas o exparejas. En su estudio, analizó 30 casos entre 2004 y 2009 y además las sentencias emitidas por la Audiencia Provincial de Barcelona (España) al respecto entre 2006 y 2011. Concluyó que, de los 30 casos, cabe la posibilidad que en 28 se diera el Efecto Copycat.
Por su parte, el psicólogo Pedro Alonso Cabrera (2010). en su trabajo “Aprendizaje vicario, efecto mimético y violencia de género”, analizó los feminicidios ocurridos en España durante el año 2008 y concluyó que “hay un efecto mimético, casi de catarata, o dominó, en la aparición de estas conductas agresivas. Es como si estos sujetos hubieran incorporado a su autorrepresentación mental la posibilidad de llevar a cabo una conducta de asesinato a su pareja, (expareja o mujer que lo rechace), y se vieran abocados a realizarla en cuanto tienen conocimiento que otros la han puesto en práctica”
Otra expresión del efecto copycat que guarda relación con la violencia machista, es el mencionado en diversos informes con relación a los casos de mujeres quemadas con ácido en países como Bangladesh, India o Camboia, donde se sostiene que el incremento de los casos de mujeres quemadas de esta manera puede deberse a dicho efecto.
La rentabilidad del morbo
Si queremos acabar con los feminicidios debemos contabilizarlos y denunciarlos. No se los puede ocultar porque lo que no se dice se invisibiliza y la violencia machista es un problema de salud pública a escala global. El problema radica en que en muchos casos se continúa poniendo el foco sobre las víctimas, se hurga en sus vidas como si allí estuviera la causa. Se dan detalles escabrosos de los asesinatos, innecesarios y contraproducentes. Todo esto porque el “amarillismo vende”.

Según la activista argentina Eva Giberti “Los medios titulan con “horror”, “terror”, “pesadilla”, «drama», como si fuera un género cinematográfico, o se habla de “monstruo” y “chacal”, como si el asesino no pudiera ser el vecino de al lado. Los femicidios, contados con detalles escabrosos de autopsias, y acompañados por fotos sangrientas, además de vulnerar derechos, reproducen violencia. La muerte como espectáculo. El morbo atrae, pero a su vez pone distancia, como si fuera una ficción de Netflix”
Cómo informar sobre los feminicidios
Ofrecemos algunos consejos sobre cómo divulgar las informaciones sobre los feminicidios en los medios de comunicación tradicionales y en las redes sociales. Esperamos que sean de utilidad para los editores, comunicadores sociales, periodistas alternativos, organizaciones feministas y público en general:
Evitemos:
- Presentar una explicación simplista del caso. Es necesario hacer entender que la violencia no es el resultado de un solo factor, y es un error frecuente obviar la historia biopsicosocial de las personas por ofrecer aquello que aparenta ser el detonante.
- Sobreexposición de la sociedad a la información sobre el feminicidio que se reporta.
- Cobertura sensacionalista. Evitar la información morbosa y los reportajes detallados sobre el modus operandi.
Promovamos:
- Opciones al feminicidio: es importante recalcar que podría haberse evitado mediante otras opciones, como es el abordaje multidisciplinario de la violencia.
- Informar sobre los recursos que ofrece la comunidad y el Estado.
- Educar sobre los signos de alerta: detección temprana de las personas en riesgo.
- Informar con exactitud y desde un pensamiento crítico, con una base científica, como las estadísticas emanadas por organismos oficiales y organizaciones confiables. Existe gran número de trabajos e investigaciones disponibles que pueden aumentar la riqueza informativa. Acudamos a los profesionales de la salud que puedan ser consultados para complementar la información.
Enza García Margarit/VTactual.com
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