La actitud de la red social Facebook frente a las protestas antirraciales y la violencia policial en EE.UU. y en especial su papel como plataforma de expresión de diversos grupos de odio racial, llevó a la Asociación Nacional para el Progreso de las Personas de Color (Naacp, por sus siglas en inglés) a iniciar una confrontación con Mark Zuckerberg, director ejecutivo y fundador de la firma tecnológica.
En entrevista para la revista estadounidense Político, Derrick Johnson, líder de la Naacp, llegó a señalar que con Zuckerberg “no se puede razonar”. La diatriba inició durante las elecciones presidenciales de 2016, cuando instó a la compañía de Menlo Park a cambiar su permisividad en torno a mensajes racistas y discriminatorios, sin ningún éxito. “Desde entonces estuvimos en contacto con los representantes de Facebook, pero no logramos llegar a un consenso”.
La gota que derramó el vaso
Entonces, la confrontación escaló a finales de mayo. El 29 de mayo, #DonaldTrump publicó un mensaje en Twitter y Facebook en el que, al referirse a las protestas en Minnesota, declaró: «Cuando el saqueo empieza, el tiroteo empieza«.
Inmediatamente, Twitter etiquetó el mensaje como una publicación “glorificadora de la violencia”, en tanto que Zuckerberg indicó que las reglas de Facebook no se vieron violentadas y que, «al contrario que Twitter», ellos no etiquetan los mensajes que incitan a la violencia, sólo opinan que deben ser eliminados.
«Cuando Mark Zuckerberg criticó a Jack Dorsey, fundador de Twitter, por eso, nos dimos cuenta de que teníamos un problema más serio de lo que pensábamos», dijo Johnson.
La medida de presión
Entonces, varios grupos de activistas –la Naacp, la Free Press y la Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos (Lulac)- unieron fuerzas y surgió la idea del boicot publicitario, al que ya se han unido 800 empresas, entre ellas numerosos gigantes del mercado como Unilever, Ford y Coca-Cola.
El pasado miércoles 1 de julio se dio a conocer que Zuckerberg aceptó reunirse y entablar un diálogo con los activistas que organizaron el masivo boicot, por cuanto le han afectado de manera importante sus arcas. Se dice que, en lo que va de campaña presidencial, la empresa de Mark ha perdido más de 7 mil millones de dólares.
FF/VTactual.com