Los personas que viven en Europa podrán usar sus teléfonos móviles cuando salgan de viaje hacia otro país de la Unión Europea (UE) sin pagar cargos adicionales. A partir de esta semana, utilizar el teléfono móvil en algún país de la UE cuesta exactamente lo mismo que hacerlo desde casa. Desde el pasado jueves, el “roaming” (itinerancia) dejó de existir. Ya no habrá que pagar el sobrecoste habitual cuando se viaja al extranjero.
La tarifa viajará con el usuario. Si tiene contratado un abono que incluye llamadas, mensajes e internet, la compañía irá descontando el consumo igual que si lo hiciese desde su país de origen. Cuando se acaben los minutos y megas, la compañía lo cobrará al precio nacional. Eso sí, para evitar abusos, solo se podrá utilizar el móvil sin recargos adicionales un máximo de 4 meses, así que un ciudadano francés no podrá utilizar una tarjeta Sim de Letonia, sólo porque sea más barato, según reseñó RFI.
Pero ante todo, el fin del roaming es el último triunfo que se apunta la UE, tras diez años batallando con las compañías de telecomunicaciones. Con este nuevo avance, los ciudadanos europeos dicen por fin adiós al miedo a utilizar internet o llamar a casa cada vez que se marchan de vacaciones o por trabajo a otro país. Esta nueva etapa, que estuvo en discusión por más de una década en las instituciones europeas, llega justo a tiempo para las vacaciones de verano, cuando millones de europeos saldrán de sus países. Es también un argumento de peso a favor del bloque, en crisis desde que Reino Unido decidió abandonarlo.
«La Unión Europea está uniendo a la gente y facilitando sus vidas. El fin de la tarifa de itinerancia es un verdadero éxito europeo», celebró Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea, en un comunicado. Por otro lado, la Comisión Europea estima que el fin del ‘roaming’, como se lo conoce en inglés, acarreará una pérdida de 1.200 millones de euros para la totalidad de los operadores europeos.
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