InicioDestacadaEntérese como la Eurozona, y la situación venezolana están relacionadas

Entérese como la Eurozona, y la situación venezolana están relacionadas

¿Diferencias y similitudes entre ambas experiencias, la europea y la venezolana? Las hay, pero desde la instauración de la República Bolivariana la prioridad siempre ha sido y seguirá siendo la inversión social, el acceso a la vivienda, salud, educación, alimentación, a pesar de las fallas (recordar la caída de los precios del petróleo, máxima fuente de ingresos), una estructura del Estado heredada, corrompida y agudizada por agentes externos e internos y la guerra no convencional, seguiremos venciendo, como lo enseñó “El Invicto” Hugo Chávez, porque otro mundo pluripolar sí es posible.
Por descabellado que pudiese parecer cualquier intento de poner en un mismo nivel ambas realidades, tanto la del continente europeo como la de Venezuela, es pertinente mirar con lupa, realizar análisis exhaustivos, pero leyendo entre líneas, las experiencias y los hechos concretos, en términos de los factores que inciden en el complejo entramado de las economías globales, que se relacionan entre sí teniendo influencia unas sobre otras como un delicado “ecosistema”, en el marco del capitalismo imperante como sistema político mundial, como “Supraestados”, para una mayor comprensión y caracterización de la problemática en la búsqueda de soluciones y alternativas de organización, administración y vida en planeta.

Hablar de crisis en la llamada Euro zona (compuesta por Grecia, Portugal, Italia, España, Irlanda, Chipre, entre otros que se afectan mutuamente) es remontarse al antecedente similar ocurrido en Estados Unidos de Norteamérica (EEUU) a partir de 2001, cuando la reserva federal estadounidense disminuyó la tasa de interés de los préstamos para “incentivar” el mercado y generar mayor movimiento económico. Sin embargo, los intereses eran tan bajos que provocaron un incremento gigantesco de los préstamos otorgados y, valiéndose de esto, las bancas privadas, segadas por su ambición, copiaron este modelo realizaron préstamos sin mesura ni control alguno sobre los prestatarios, que en la mayoría de los casos resultaron ser insolventes. Los precios de las casas aumentaban constantemente y la gente continuaba solicitando préstamos porque estos eran entregados fácilmente. Los financistas, al ver esto y lo rentable que podía ser, ingresaron a este círculo especulativo comprando hipotecas de inmuebles vendiéndolas según su nivel de “riesgo”.

Esto tuvo como resultado el estallido de 2008 con la famosa “burbuja económica”, cuando el sistema colapsó debido a que los morosos no podían pagar sus deudas y los bancos ni los financistas podían cobrar las cuotas de sus inmuebles, que se depreciaron drásticamente. ¿Y cuál fue la solución implementada por EEUU para salir de esa situación? Salvar a la banca, excepto Lehman Brothers, con el dinero de todos los norteamericanos, es decir, por medio de recortes en el “gasto” público (inversión social), presupuesto destinado a la salud, educación, y aumento de impuestos, entre otros. Cosa que, lejos de solventar, agudizó el problema, puesto que benefició solo a un pequeño sector financiero que conservó sus grandes concentraciones de dinero y perjudicó, a costa de ello, al resto de la ciudadanía.

PÚBLICO EUROPEO 

A decir, el pueblo tuvo que pagar la deuda que no generó y que fue ocasionada por un sector especulativo: El Mercado. Pero representado en la figura del Estado y sus invisibles tentáculos. Misma receta que se dio en Europa en los años subsiguientes, a partir de 2009, con el otorgamiento indiscriminado de préstamos y el endeudamiento de países enteros. Teniendo como primera víctima en 2010 a Grecia, uno de los integrantes de la Unión Europea (UE) con una de las situaciones más complicadas, en dimensión, ya que su deuda alcanzó el 160 % del Producto Interno Bruto (PIB), o lo que es lo mismo, todo lo que producen en un año y medio (Europa Press, 2011).

Los causantes y responsables de esta crisis fueron y son los mismos en los EEUU: los bancos europeos, amparados por el Banco Central Europeo (BCE) que, pese a las probadas irregularidades en octubre de 2009, en el caso griego, con informes falsos sobre la evolución económica, financiaron el endeudamiento con el único fin de obtener mayores ganancias a través de los intereses: Generando la misma espiral de fácil acceso a créditos (disparando la compra de inmuebles –por parte de los mismos sectores pudientes de siempre, generando una brutal inflación, traducida en un alto costo de la vida. Ejemplos que se repitieron de igual forma en España, Italia, Irlanda y Portugal, por mencionar solo algunos.

POBRE GRECIA EN LLAMAS

Otros países no menos afectados por el rebote de esta cíclica crisis capitalista han sido Alemania, Austria, Francia, Hungría, Inglaterra, que no han llegado a padecer cruda y directamente tan lamentables situaciones por poseer economías más robustas y no han acatado frontalmente las “recomendaciones” o recetas que siempre proponen desde el Fondo Monetario Internacional (FMI). ¿Les dicen algo esas siglas? Sí, recortes, recortes y más recortes en lo social y esa extraña fórmula de hipotecar países completos “endeudándolos para que paguen sus deudas”, eso sí, pagando sus altos precios en intereses, pero salvando siempre a la banca (Kenneth, Rogoff, 2011).

 AMISTADES PELIGROSAS

 

Necesario es hacer mención especial en este análisis de las causas, consecuencias y respuestas a esta una de las más grandes recesiones económicas desde 1930 (como lo afirma en su Informe de julio de 2009 el Directorio General de Asuntos Económicos Financieros de la Comisión de la Unión Europea) al papel que han jugado en estas crisis de “deudas soberanas”, como también le llaman algunos “expertos”, los Estados (pero vistos como mercados y representados en corruptos gobiernos e instituciones financieras), los medios de comunicación (aparatos propagandísticos oficiales y comerciales-mercantiles en esta confrontación) y el pueblo mismo (como sujeto de clase más golpeado por todos los involucrados en la situación).

Los primeros (Estados-gobiernos) no ofreciendo mayor solución a las problemáticas ni mejores salidas que las medidas neoliberales de siempre, salvaguardando primero las ganancias de la banca y el invisible mercado por encima de cualquier principio democrático que, al fin y al cabo, es el que debería ser la razón de su existencia. Los segundos, medios privados por una parte, haciendo y formando parte en este peligroso juego de convertir la información en mercancía, víctimas en victimarios y viceversa, en aras solamente de vender sus productos y garantizar su propio mercado sin importar las implicaciones y sus responsabilidades; y por otra parte los medios oficiales, solo como serviciales agentes (panfletos) que atienden a mantener y conservar únicamente los beneficios que les da el estatus gubernamental, institucional y oficial, que han fallado y olvidado su carácter y deber social en la comunicación a través de la transformación y no la manipulación.

Por último, pero no menos importante, está el pueblo llano, la clase explotada, obrera y trabajadora, esa masa crítica y acrítica, militante y no militante, orgánica y no orgánica, politizada y despolitizada, que sufre todas las crisis: Económicas, políticas y sociales en cualquier parte del mundo. Esa misma población que de una u otra forma resiste estoicamente los embates de todos los factores involucrados en la creación y desarrollo de las crisis de la mejor manera posible. Una de esas vías solidarias e integradoras de estos oprimidos es poner sus ojos y sus esperanzas, no sus agallas ni sus garras, en estos lados del mundo, en tierras libertarias y de Libertadores, de Patria Grande, que han dicho basta, como Bolivia, Ecuador y, más específica y especialmente, Venezuela.

LM

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