Las elecciones en Italia para elegir a los diputados del Parlamento, y el panorama habitualmente caótico, se ha reconfigurado en torno a tres polos diferenciados y sin que las encuestas sean capaces de dilucidar cuál de los tres se impondrá en los comicios.
Los tres polos en disputa electoral son: los conservadores liderados por Silvio Berlusconi en alianza con la ultraderecha, la «centro izquierda» que trata de frenar el desgaste sufrido tras cinco años en el Gobierno y los antisistema del Movimiento Cinco Estrellas.
¿Los bandos?
Según los datos,ganarán los antisistema del «Movimiento 5 Estrellas» (M5S por sus siglas en italiano) que rondan el 28%. Pero al ser partido único, si ganan, no gobernarán salvo que abran la puerta a alianzas que ahora rechazan, porque la ley electoral italiana premia las coaliciones.
Di Maio en un acto de su candidatura como líder del M5S
«Es un honor y me da risa cuando oigo decir de quien ha destruido este país que no tengo experiencia».
Luigi Di Maio, candidato del M5S, una imagen menos radical, fresca y directa, es el ragazzo del sur de Italia, que hasta hace 5 años, trabajaba como diseñador web y antes había sido camarero. Su nula relación con el establishment italiano, su juventud y sus conocimientos de comunicación forman parte de su atractivo para los votantes.
Berlusconi por enésima vez
Silvio Berlusconi en un acto político de su partido Forza Italia
Condenado por fraude fiscal, está inhabilitado para optar a cargos públicos por lo que, aún ganando, no podría ser primer ministro por 5ª vez. Quizá él no pueda pero si gana la coalición de derecha, Silvio Berlusconi podría acabar decidiendoquién será la cara del nuevo gobierno italiano. Su candidato es el actual presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani.
Su victoria no está tan lejos de la realidad, pues el partido del magnate italiano, Forza Italia y la extrema derecha de La Liga de Matteo Salvini, antigua Liga Norte, acordaron una especie de «frente nacional» que lleva mesesagitando calculadamente los recelos antiinmigrantes, que es el gran tema de esta campaña.
Y el partido ultraderechista de Hermanos de Italia, tercera pata de la coalición, que lidera Georgia Meloni, tiene asegurado un 4,6 % de los votos. A eso se le suma Forza Italia con un 16,4%, más el 13,4 % que maneja la Liga, que ha llevado su campaña incluso al sur del país, que antes despreciaba, en un intento de ampliar su base electoral.
Esto da casi un 35% de los votos, que es lo que cuenta la derecha italiana, para hacerse con el poder, pues la coalición de los tres, tiene grandes oportunidades de derrotar a la M5S, quien representa la mayor intención de voto con un sólido 28% que va en ascenso.
Sistema electoral
Los italianos estrenarán el próximo domingo en las elecciones legislativas un nuevo sistema electoral pensado para dificultar el ascenso al M5S, pero cuyos resultados finales podrían estar lejos de cumplir las expectativas de sus promotores: Matteo Renzi y Silvio Berlusconi.
Con este sistema, es necesario sumar el 40% de los votos para lograr una mayoría estable de gobierno, lo que favorece la formación de coaliciones y alianzas, como la de Berlusconi y su «frente nacional», y deja mal parado a partidos con fuerte intención de voto, pero que están «solos» como el M5S.
El sistema está pensado para volver al escenario clásico de la política italiana, de partidos fuertes. Partidos que son amigos e integrantes de ese stablishment que repudia el M5S. Algunos de estos, más fuertes incluso que el propio Estado.
Inmigración, empleo, impuestos y seguridad son los temas clave de unas elecciones aún más inciertas de lo habitual en Italia porquelos indecisos son todavía muchísimos, en torno al 35% según el último sondeo publicado.
