El Gobierno de EE.UU. se retira del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, según ha anunciado la representante estadounidense ante la ONU, Nikki Haley, en conferencia de prensa conjunta con el secretario de Estado de ese país, Mike Pompeo.
Según Haley, el compromiso de Washington con los derechos humanos «no permite a EE.UU. seguir formando parte de una organización hipócrita que se preocupa solo por sus propios intereses y se burla de los DD.HH.«. La representante reitera además lo que Washington considera como «críticas injustas» hacia Israel.
«El enfoque desproporcionado y la hostilidad interminable contra Israel es prueba de que el Consejo está motivado por sesgos políticos, no por los derechos humanos», afirmó Haley. Pompeo, por su parte, subraya que ese Consejo socava los intereses nacionales de EE.UU.
No obstante, según informó anteriormente la agencia Reuters, la medida —que corresponde a la primera vez que uno de los 47 miembros del Consejo deja ese cuerpo voluntariamente— se habría adoptado en reacción a los cuestionamientos de ese organismo a la política migratoria del presidente de EE.UU., Donald Trump.
«La participación estadounidense es la última pizca de credibilidad que tiene el Consejo», argumentó Haley. «Esa es precisamente la razón por la que debemos irnos», acotó.