La Oficina de Aduanas y Protección fronteriza de EE. UU. (CBP, por su sigla en inglés) reveló que detuvo más de un millón de migrantes en el último año fiscal, finalizado el 30 de septiembre, más de un millón de migrantes en la frontera con México, una cifra bastante alta que sólo puede ser comparada con la registraba en 2007 cuando fueron aprehendidos un millón 600 mil extranjeros.
«Estos son números que ningún sistema de inmigración en el mundo está diseñado para manejar. Incluyendo el nuestro», aseguró Morgan al tiempo que refirió que los puestos fronterizos de EE. UU. no están preparados para recibir familias enteras, sino que funcionan más bien como estaciones de policía en donde la seguridad de un niño podría estar en riesgo.
El aumento de más de 88 por ciento con respecto al año anterior fue calificado como abrumador por el propio director de la CBP, Mark Morgan, quien además recordó que la crisis tuvo su origen en el éxodo de ciudadanos centroamericanos que buscaban llegar hasta EE. UU. desde el año 2018 y que finalmente fueron retenidos en México o deportados desde ese país a su nación de origen, por la negativa del gobierno estadounidense de darles asilo.
En enero de este año, la gestión de #DonaldTrump implementó el Programa de “Protección” de Migrantes (MPP) que obliga a los solicitantes de asilo esperar en México el proceso de sus casos en las cortes de inmigración estadounidenses, que a finales de agosto tenían más de 1 millón de casos acumulados para solo 440 jueces.
Sólo en el mes de mayo el sistema de aduanas del país norteamericano detuvo a cerca de 144 mil migrantes, cifra que provocó el endurecimiento de las políticas migratorias por parte del Gobierno estadounidense.
ARG
