El presidente de Estados Unidos (EEUU), Donald Trump, propuso a la Oficina del Representante de Comercio Exterior aumentar del 10% al 25% el tipo arancelario a importaciones a EEUU provenientes de de China por valor de 200.000 millones de dólares.
A pesar de que la decisión todavía no está confirmada, estará en estudio hasta el mes de septiembre de 2018. Con este nuevo ataque que se había anunciado hace días, el jefe de la Casa Blanca envía un rotundo mensaje a Pekín, en el que deja claro que está dispuesto a todo en su cruzada por revertir el déficit comercial con el gigante asiático.
El ataque de la Administración Trump contra China, llega en un momento de alejamiento diplomático con Pekin, que automáticamente disparará la tensión arancelaria entre las dos mayores economías del mundo, y además se une a las otras guerras comerciales lanzadas por Trump contra Europa, México y Canadá.

Cabe destacar que con esta nueva ofensiva de EEUU a los gravámenes a más de 6 mil productos chinos, cuyo valor de exportación ronda los 200.000 millones de dólares, se golpearían fuertemente a bienes de consumo, alimentación y maquinaria.
EEUU ya ha impuesto a China un arancel del 25% a importaciones, por valor de 34.000 millones de dólares y había amenazado con castigar al mismo tiempo otros bienes por un valor de 16.000 millones.
A pesar que Trump ganó las elecciones en el 2016 con un discurso proteccionista y aislacionista, asegura que redoblar las presiones forzará a China a hacer concesiones. Trump ha puesto a Pekín en el centro de su diana al considerarlo el mayor motivo del declive de EEUU, cosa que él pregona y afirma estar remediando.
Por último, el republicano señala que China ha aprovechado sin piedad el carácter abierto de la economía Washington en las últimas décadas y ha conseguido proteger sus productos, mientras EEUU sufre un “déficit” en la balanza comercial con el gigante asiático de unos 370.000 millones de dólares.
MT
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