Para Pekín, Washington –y particularmente algunas fuerzas políticas- está provocando que las relaciones binacionales entre China y EE.UU. lleguen al borde de una nueva Guerra Fría, declaró este domingo el ministro de Asuntos Exteriores del gigante asiático, Wang Yi.
Respecto a las declaraciones de las autoridades estadounidenses que acusan a Pekín de estar detrás de la propagación del coronavirus por el mundo, Wang les instó “a dejar de perder el tiempo, dejar de perder vidas preciosas” e incluso dejar de estigmatizar a China.
Añadió que “un virus político” se propaga por el país norteamericano, el de atacar y difamar a China. “Algunos políticos ignoran completamente los datos básicos y han fabricado demasiadas mentiras atacando a China y tramando demasiadas conspiraciones”.
En ese contexto, precisó que su país está «abierto» para la cooperación internacional en las investigaciones sobre el origen del coronavirus, que, no obstante, deben estar “libres de interferencias políticas”, bajo “un proceso profesional, imparcial y constructivo […] abierto, transparente y racional”.
Acusaciones absurdas
«Si alguien pensaba que puede usar algunas demandas ridículas para socavar la soberanía y dignidad de China o privar al pueblo chino de sus logros ganados con esfuerzo, están soñando y se avergüenzan a sí mismos», agregó Wang Yi.
Previamente, #DonaldTrump declaró que “la incompetencia de China perpetró este asesinato (el virus) en masa mundial” y aseguró que el virus podría haber sido detenido “fácilmente y con rapidez” pero China “fue incapaz de hacerlo”. Por ello, la Cancillería china publicó un artículo de 30 páginas en el que refuta lo que denomina como 24 “acusaciones absurdas” de algunos políticos estadounidenses sobre la gestión de Pekín ante el brote del SARS-CoV-2.
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