El presidente de EE.UU., Donald Trump, firmó la ratificación para la entrada de Montenegro a la Alianza del Atlántico Norte (OTAN), informó el portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer.
Anteriormente, el Senado de EE.UU. había votado a favor de la entrada de Montenegro en la OTAN.
La integración de Montenegro a la Alianza Atlántica fue apoyada por 97 senadores estadounidenses, otros dos se pronunciaron en contra y uno no votó.
El 19 de mayo de 2016, los miembros de la Alianza Atlántica suscribieron el protocolo de adhesión de Montenegro a la OTAN otorgándole el estatus de observador.
La constitución del país balcánico estipula que las decisiones más importantes deben ser decididas ya sea por el Parlamento o a través de un referéndum. No obstante, el Gobierno montenegrino se negó a realizar un referéndum sobre la incorporación en el bloque militar como lo solicitaba la oposición, probablemente por el fuerte rechazo a la medida.
El 84% de la población de Montenegro apoya la celebración de un sufragio, «indiferentemente de su opinión personal sobre el tema». Sin embargo, no existe manera alguna de celebrar un referéndum si el Gobierno está en contra.
De acuerdo al fundador del Movimiento por la Neutralidad, Marko Milacic, «en Montenegro existe todo un bloqueo por parte de los medios de comunicación, cuando se trata de voces críticas respecto a la adhesión con la OTAN».
Los críticos de la gestión del Gobierno actual son silenciados y se les apunta como «espías de Rusia», agrega Milacic.
Según él, la Alianza Atlántica quiere usar a la ex república yugoslava como una especie de «fianza» para alcanzar sus intereses estratégicos y geopolíticos. «Eso es lo que siempre han hecho con los países pequeños», recalca el activista.
El abogado Bosko Carmak explica que el Gobierno actual de Montenegro desea mantener indivisible la autoridad para interpretar los procesos en marcha. Eso es cierto no solo respecto al tema de la OTAN, sino en muchos otros. Hoy día, con 600.000 habitantes, el país cuenta con más de 100 asesinatos políticos sin resolver. Y no se trata solo de ideología, sino de una dura lucha por el poder y por intereses financieros, explica Carmak.
Montenegro, que formaba parte de la antigua Yugoslavia, fue bombardeado por la OTAN en 1999 durante la guerra de Kosovo. Irónicamente, hoy pasa a formar parte de su verdugo.
Con información de Sputnik
JA