A pesar de que el pasado 24 de febrero el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas declaró 30 días de alto al fuego, diversos países y analistas desconfían de Estados Unidos (EE. UU) y su respeto al acuerdo.
En teoría, el alto al fuego en Siria permitirá la entrega regular de ayuda humanitaria y servicios médicos a las zonas en conflicto, sobre todo la periferia de Damasco, su capital.
Sin embargo, la semana pasada, la embajadora de EE.UU. ante la ONU, Nikki Haley, amenazó con una posible medida militar contra el Gobierno del presidente de Siria, Bashar al-Asad.
En las últimas horas algunos medios han anunciado que EE.UU. trasladó a un grupo de cabecillas del Daesh de la ciudad de Al-Shadadi, situada en el noreste de Siria, a centros de entrenamiento, en la provincia nororiental de Al-Hasaka. Según las fuentes, las tropas norteamericanas entrenan a elementos terroristas.
Unos 2759 civiles, incluidos 644 menores y 470 mujeres, perdieron la vida en los últimos 38 meses debido a los ataques aéreos dirigidos por EE.UU.
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