Desde hace algunos meses, casi un año, y en vista del incremento de la influencia económica y comercial que presenta China en el ámbito global, la administración de #DonaldTrump no ha ocultado sus preocupaciones por la pérdida de hegemonía estadounidense.
Ello le ha llevado a plantearse ataques contra el país oriental, al que señala como el causante del declive norteamericano, para evitar que el gigante asiático siga avanzando en el tablero internacional.
Por tal razón, VTactual ofrece 7 claves para comprender el conflicto arancelario entre China y EE.UU, el cual ya suma meses de negociaciones y de ataques mutuos a las respectivas exportaciones.
1. Tregua comercial extinguida
El huésped de la Casa Blanca dio por terminada, la pasada semana, la tregua comercial de seis meses que pactó con China, y sus altos funcionarios comenzaron una campaña de acusaciones contra Pekin para dar marcha atrás a negociaciones clave.
En tal sentido, aranceles a bienes chinos importados por 200 mil millones de dólares resultaron duplicados a 25% desde el viernes 10 de mayo, tras el anunció del Representante Comercial de Estados Unidos Robert Lighthizer a medios informativos.
Los principales negociadores de las dos mayores economías mundiales decían estar cerca de un acuerdo, pero «Pekin retrocedió», a juicio de Washington.
Por lo tanto, la reanudación de la guerra arancelaria derribó mercados y asustó a empresas estadounidenses, especialmente a las agrícolas que esperaban una solución al conflicto que lleva casi un año y afecta a bienes de los dos países por 360 mil millones de dólares.
2. #DonaldTrump presiona fuerte
Para #DonaldTrump, la buena salud de la bolsa y, en general, de la economía estadounidense parecen indicar que «EE.UU. está ganando» en su conflicto comercial contra China.
Recientes estadísticas le generan esa sensación: la tasa de desempleo en Estados Unidos cayó en abril a 3,6% (su nivel más bajo en casi medio siglo) y el crecimiento económico en el primer trimestre se disparó 3,2% interanual. En Wall Street, los índices S&P 500 y Nasdaq batieron récords la semana pasada.
De hecho, el lunes 06 de mayo tuiteó que, ante China, su país no perderá más, luego de explicar que “durante años, perdieron de 600 mil millones a 800 mil millones de dólares en comercio. Con China, perdemos 500 mil millones de dólares».
3. La guerra de represalias
Paulo Christopher, analista del banco Wells Fargo, apuntó que “nuevos aranceles o un colapso de las negociaciones” podría debilitar el comercio y el crecimiento mundial en un escenario en el que ambos países no parecen dados a la idea de pactar un acuerdo.
Es bien conocido que si Washington sube los aranceles a los bienes chinos, ello genera la inmediata represalia de Pekin, que le costaría a la nación norteamericana una merma en el crecimiento de su PIB.
Y Tangi Le Liboux, analista de Aurel BGC, sentencia: «#DonaldTrump está presionando a China en lo que parecía ser la última fase de las negociaciones. Puede tratarse de un farol, pero es peligroso porque podría irritar a Pekín».
4. La reacción china
Muy a pesar de las últimas sanciones de EE.UU., Pekín parecía querer rebajar tensiones, según su principal negociador, Liu He. De hecho, para el país asiático, 2018 estuvo mal: el PIB cayó a su nivel más bajo en 30 años, pero las cifras del primer trimestre de 2019 (+6,4%) resultaron mejor de lo previsto y los mercados chinos crecieron casi 20% en lo que va de año.
No obstante, tras la ampliación de la medida de aplicar tarifas de 10% a las importaciones de Pekín por un monto de 200 mil millones de dólares al actual 25% del pasado viernes, China impuso aranceles a bienes importados de EE.UU. por valor de 60 mil millones de dólares.
5. Nadie parece ceder
«Si no logran entenderse, la economía china sufrirá y el crecimiento mundial se desacelerará», avisó Bao Ting, de la casa de corretaje Great Wall Securities. Y, aunque Pekín no desee atizar la contienda, según Tao Wang, directora de investigación en el banco UBS, todo podría cambiar, porque “el riesgo de una guerra comercial generalizada ha aumentado considerablemente».
El martes pasado, la propia directora general del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, alertaba: “Está claro que las tensiones entre EE.UU. y China son una amenaza para la economía mundial».
6. Definitivamente, China no cederá
Además de reequilibrar la balanza comercial, Washington exige que Pekín lleve a cabo reformas estructurales: terminar con las subvenciones a empresas públicas y aprobar normas de competencia equitativas para los extranjeros.
No obstante, luce poco probable que China abandone sus políticas que, vale decirlo, dieron lugar al milagro económico chino en un esquema de economía más abierta.
7. Precios del petróleo afectados
Los expertos economistas señalan que la pugna comercial entre China y EE.UU. contribuye a que los precios del petróleo se desplomen.
De hecho, cayeron este martes bajo presión de las amenazas comerciales del presidente estadounidense #DonaldTrump contra Pekín.
FF