El acuerdo de paz con las FARC, el modelo económico a seguir, las relaciones con Venezuela y Estados Unidos y la lucha contra el narcotráfico son los temas fundamentales que deberá enfrentar el nuevo presidente que releve a Juan Manuel Santos, luego de la eventual segunda vuelta que se realizaría el 17 de junio.
El ex guerrillero Gustavo Petro y el tecnócrata Iván Duque, los favoritos para lograr el ascenso a la Casa de Nariño, son los candidatos que representan a los sectores humildes y pudientes o, ideológicamente hablando, la izquierda y la derecha, respectivamente.
Las profundas desigualdades presentes en la sociedad colombiana se evidenciarán en esta oportunidad en las urnas electorales cuando cada sector socio económico apoye al candidato que representa sus aspiraciones y reivindica su visión del mundo.
No es un dato menor que Iván Duque dio un salto en las encuestas cuando fue elegido el candidato del partido de Álvaro Uribe, quien a pesar de sus vínculos con el narcotráfico aún es el político más influyente de Colombia.

En cambio Petro, que empezó muy bien en las encuestas y fue mermando su preferencia en el electorado, mantiene su apuesta en los votos de la tímida izquierda, de los jóvenes y de los inconformes con la política tradicional colombiana.
Las elecciones están marcadas políticamente por el reciente acuerdo de paz y el papel de Colombia como principal socio político y militar de Estados Unidos en la región, sobre todo en lo referente a Venezuela.
En lo técnico y social, los comicios han sido denunciados por innumerables voces dentro y fuera de Colombia como un proceso sin garantías, de muy baja confiabilidad y con una alta capacidad de coacción contra los votantes, sobre todo en las regiones rurales.

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