A propósito del intercambio cultural y la multipolaridad propia de estos tiempos en los cuales las distancias parecen acortarse cada vez más, se crea el primer Instituto Confucio en Venezuela este mismo año como parte de los tantos convenios bilaterales entre nuestro país y China.
Nace como una iniciativa de los gobiernos de la República Popular China y la República Bolivariana de Venezuela durante la XIV Comisión Mixta China – Venezuela, en Beijing, en septiembre 2015. Es el primero en su género en la República Bolivariana de Venezuela como una organización sin fines de lucro y cuenta con el apoyo de la Oficina Central del Instituto Confucio (Hanban) y con profesores especialistas de su socio de cooperación de la Universidad de Changzhou.
Ya para finales de 2016 estaba casi materializada su puesta en marcha, con un proceso de preselección que contó con la participación, vía registro web, de casi 800 aspirantes venezolanos a cursar estudios de chino mandarín en esta prestigiosa institución del gigante asiático.
Luego de sortear los procesos y trámites protocolares en esta inédita labor en el país, se realizó la escogencia para los 350 cupos disponibles, entre los estudiantes de la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV) y otros de afuera.
Fue el pasado 21 de enero la fecha cuando se llevó a cabo la primera clase oficial impartida por propios profesores chinos a los estudiantes venezolanos en los espacios del piso 9 de la UBV, que se convirtió desde entonces en otra pequeña gran extensión de China en nuestro país.
Una semana después se conmemoraría, por primera vez en Venezuela como acto oficial de Estado, la llegada del Año Nuevo Chino (del gallo), también conocida como la Fiesta de la Primavera, con un evento especial en la Plaza Bolívar de Caracas que contó la participación delegaciones diplomáticas de ambas naciones y el público en general que disfrutó de actividades culturales, musicales, entre otras, así como de las demostraciones y stands preparados para todos.
Todo esto sirvió de preámbulo para los cuatro meses de formación que significó el primer nivel del curso de chino mandarín del Instituto Confucio que, gracias al esfuerzo tanto de profesores y estudiantes provenientes de diversas partes de la capital venezolana e incluso algunos de otras ciudades y a pesar de lo convulsionada de la situación económica, política y social en el país, no se vieron truncados y terminó satisfactoriamente con un saldo muy positivo.
Después de culminada esta etapa inicial y como proceso de transición al segundo nivel para los aprendices de esta lengua y cultura, gracias a la amabilidad y gestiones de la profesora y directora del instituto en el país, Shen Jufen, se lograron materializar un par de actividades especiales con la colaboración del profesor voluntario Shi Jianzhong, quien es administrador, intérprete y traductor oficial de la compañía estatal PetroChina y vive en el país desde hace 10 años.
Ya pasado un nuevo proceso de preselección para la incorporación de nuevos estudiantes que formarán parte de la segunda cohorte, la mesa está servida para que, luego del periodo vacacional (julio-agosto) en el país, el próximo mes de septiembre reinicien las actividades en los mismos espacios del piso 9 de la UBV de los Chaguaramos para que tanto estudiantes y profesores venezolanos y chinos sigan estrechando lazos culturales y educativos.
El primer instituto nace oficialmente el 21 de noviembre de 2004 en Seúl, Corea del Sur, y toma su nombre de Confucio o Kong Zi (Maestro Kong), el gran filósofo, pensador y maestro que, se cree, vivió entre los años 551 y 479 a C.
Es una dependencia de la Oficina Central Hanban, adscrita al Ministerio de Educación chino y en la actualidad se encuentra presente en una docena de países incluyendo Reino Unido, Francia, Alemania, España, Estados Unidos, Japón y Venezuela, entre otros, con más de 480 sedes distribuidas en los 6 continentes y más de 3 mil estudiantes.
LM