Los «chalecos amarillos» volvieron este sábado en Francia a las rotondas, lugar en el que comenzó a crecer el movimiento contestatario a mediados de noviembre pasado, en una protesta con una participación modesta sin incidentes violentos.
En este vigésimo quinto sábado consecutivo hubo, según resaltan agencias, 18 mil 900 manifestantes en todo el país, de los que mil 460 se concentraron en París, frente a los 23 mil 600 y 2 mil 600, respectivamente, de la semana pasada, según informó el Ministerio del Interior galo.
Esta jornada demostró que, aunque la protesta mantiene el pulso contra el presidente francés, Emmanuel Macron, la caída de la participación es progresiva y alcanza su mínimo desde su inicio.
Fuerte dispositivo de seguridad
Las autoridades mantuvieron un fuerte dispositivo de seguridad para evitar los disturbios que marcaron la manifestación del Primero de Mayo, cuando grupos de encapuchados conocidos como «black blocs» y algunos «chalecos amarillos» se enfrentaron a las fuerzas del orden en la capital, ocasión en que hubo diez detenidos en París, la mayoría de forma preventiva, precisó la Prefectura de Policía.
En general, predominó la calma este sábado, en el que para evitar altercados volvieron a estar prohibidas las concentraciones en puntos considerados sensibles de la capital francesa, como los Campos Elíseos o la plaza de la República.
Los artistas con los chalecos
La movilización coincidió con un manifiesto publicado en el diario «Libération» por más de mil 400 personalidades del mundo de la cultura, como las actrices Juliette Binoche y Emmanuelle Béart, que apoyaron al movimiento y criticaron el uso de la fuerza policial.
«La violencia más amenazante es económica y social. Es la de ese gobierno que defiende los intereses de unos en detrimento de todos», apuntaron los firmantes, que instaron a usar el poder, «de las palabras, de la música, de la imagen» para apoyar a quienes «luchan en la calle desde hace meses», resalta finalmente el documento.
FF