La Cámara baja de Brasil comenzó este miércoles la votación en la que decidirá si el presidente Michel Temer responderá a un juicio por corrupción, lo cual le suspendería del cargo durante seis meses y causaría su destitución si fuera hallado culpable.
Se calcula que la votación demore al menos cuatro horas, pues los 513 diputados deberán pronunciarse uno a uno. La sesión fue precedida por una sesión de intensos debates entre la oposición y el oficialismo, que está seguro de que cuenta con los votos necesarios para archivar la denuncia por corrupción pasiva que formuló la Fiscalía.
La oposición postergó la conclusión del debate durante unas ocho horas mediante diversas maniobras reglamentarias, pero finalmente fue vencida por la base de Temer, que en una primera prueba de poder sumó 292 votos favorables a interrumpir la discusión y pasar a la fase definitiva que sellará la suerte del mandatario.
La sesión comenzó con un quórum mínimo de 52 diputados y se dio paso a la votación una vez que concluyeron los debates y se verificó la presencia de 342 parlamentarios que representan las dos terceras partes del pleno. Ese número representa justamente los votos necesarios para que se autorice a la Corte Suprema a aceptar las acusaciones de corrupción pasiva formuladas por la Fiscalía contra Temer.
En caso de que esos 342 votos no sean alcanzados o que 172 de los diputados rechacen los cargos, el caso será archivado al menos hasta que Temer deje el poder, lo que en principio ocurrirá el 1 de enero de 2019, cuando asuma el ganador de las elecciones que se celebrarán en octubre del año próximo.
Si la denuncia fuera aceptada, Temer sería suspendido de sus funciones por 180 días que duraría el proceso y, sólo de ser hallado culpable, perdería definitivamente su cargo.
El Gobierno, sin embargo, calcula que cuenta con al menos 250 votos, numero más que suficiente para que la denuncia sea archivada y sólo pueda ser retomada una vez que Temer deje el cargo.
Para reforzar esa mayoría y presionar a los sectores díscolos de la coalición gobernante, Temer exoneró por un día a diez de sus 28 ministros que retomaron sus escaños de diputados para participar en la votación.
La acusación se apoya en testimonios prestados por directivos del grupo JBS que han dicho que sobornan a Temer a cambio de «favores políticos» desde 2010 y que esas prácticas continuaron cuando asumió el poder, en mayo de 2016, època en la que comenzó el proceso que acabó con la destitución de la entonces presidenta Dilma Rousseff por irregularidades fiscales.
CC