Los 27 líderes de la Unión Europea, sin la presencia de la primera ministra del Reino Unido, definieron un nuevo cronograma para la salida de ese país del bloque, después que Londres solicitara una prórroga para la concreción del polémico Brexit.
El nuevo calendario decidido el jueves durante una reunión en Bruselas contempla que si la próxima semana el Parlamento británico aprueba el acuerdo consensuado entre Londres y Bruselas para la salida, el Brexit se retrasará hasta el 22 de mayo.
En el caso de que la legislatura rechace por tercera vez el plan, el nuevo plazo será el 12 de abril y se espera que en ese escenario indeseado Reino Unido decida cómo será el procedimiento de divorcio. Esta última fecha es la víspera del límite para que Reino Unido convoque al sufragio para las elecciones del Parlamento europeo.
De acuerdo al plan inicial Reino Unido debía abandonar el bloque el próximo 29 de marzo, pero el rechazo de la Cámara de los Comunes al pacto, un extenso documento de 589 páginas que las partes negociaron por año y medio, puso el proceso en el limbo y al país en peligro de una salida abrupta que podría producir severas consecuencias económicas.
Antes de la reunión que decidió el nuevo calendario la primera ministra británica, Teresa May, se dirigió a sus homólogos por más de una hora, pero, según fuentes citadas por Prensa Latina, fue evasiva y apenas ofreció detalles sobre cuándo espera efectuar la votación y cómo planea aglutinar una mayoría en Westminster.
La premier, sin embargo, está preparando a su Gobierno para un escenario en el que el Parlamento rechace nuevamente el acuerdo pues según la cadena británica Sky News, las fuerzas armadas del país organizan un plan de contingencia para enfrentar el impacto de un eventual Brexit sin acuerdo.
El plan llamado Operación Redfold ya fue activado en su fase preliminar y su puesto de mando está en un búnker a pruebas de bombas nucleares construido debajo del ministerio de Defensa en Londres.
La operación prevé que 3.500 efectivos transporten alimentos, combustibles, medicinas y otras mercancías vitales, mientras que las bases de las fuerzas armadas abrirán sus puertas a los camiones y otros vehículos que se encuentren demorados en los controles aduanales que se reinstalarían en las fronteras tras una salida abrupta del país de la Unión Europea.
Un Brexit sin acuerdo se estima produciría escasez de alimentos y medicinas, la caída de la libra esterlina y del Producto Interno Bruto del país, así como el congestionamiento de puertos y aeropuertos, debido a que los ciudadanos británicos y europeos tendrían que observar medidas aduanales y migratorias desacostumbradas por la pertenencia del país al bloque.
YBV