El Supremo Tribunal Federal (STF), máxima autoridad del poder judicial de Brasil, comenzó una investigación contra el presidente Michel Temer. Se lo acusa de avalar sobornos por la causa Lava Jato. Ayer, se conoció que hay grabaciones de llamadas que lo implicarían directamente.
Sin embargo, Temer afirmó enfáticamente que no renunciará a su cargo, después de conocerse la delación del empresario Joesley Batista, según la cual, el mandatario pagó por el silencio de Eduardo Cunha.
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«Se lo que hice y exijo una investigación plena y rápida de los hechos», dijo el ocupante del Palacio de Planalto en una declaración al país difundida en cadena nacional.
“Mi gobierno vivió en esta semana su mejor y peor momento”, dijo Temer y reveló que había solicitado al Supremo Tribunal Federal (STF) acceso a la grabación referida por el propietario del frigorífico JBS, pero hasta ahora no lo consiguió.
En ningún momento autoricé a pagar a quien quiera que sea para que se mantenga callado; no compré el silencio de nadie, insistió.
De acuerdo con el gobernante, posesionado como resultado del golpe parlamentario-judicial que depuso a la presidenta constitucional Dilma Rousseff el pasado año, la «ilícita grabación» divulgada anoche trajo de vuelta el «fantasma de una crisis política de dimensiones incalculables».
Pueblo toma las calles
Para este domingo 21 de mayo los principales sindicatos del país convocaron a marchas de protestas en todo Brasil, se tiene previsto que se unirán los grupos que apoyaron a Dilma Rousseff, y a los que defendieron el proceso que terminó con su destitución.
«Las marchas serán para pedir la renuncia de Temer y la convocatoria inmediata de elecciones directas», según un comunicado de la Central Única de los Trabajadores (CUT), mayor central sindical de Brasil e integrante de ambos movimientos.
BD
Con información de Prensa Latina y EFE