InicioInternacionales#VTanálisis: ¿Es el bolsonarismo una "secta"?

#VTanálisis: ¿Es el bolsonarismo una «secta»?

Jair Bolsonaro es el presidente más polémico de la Latinoamérica actual. Con características narcisistas y una total falta de empatía, este exmilitar de extrema derecha ha logrado convencer a cientos de personas de su supremacía frente al resto de los 209,5 millones de brasileños.

La forma en la que llegó Bolsonaro al poder, luego de que el juez Sergio Moro y fiscales al servicio de los intereses políticos, acusaran y llevaran preso al candidato favorito, Luiz Inácio Lula Da Silva, y tras el golpe de Estado parlamentario propinado antes a Dilma Rousseff, fue, en teoría, a través del voto popular.

Pero de esa popularidad ya no queda mucho, excepto quizás la adoración que sienten los llamados «bolsonaristas» por su líder, que cree que es el «Mesías», pero sin poderes mágicos para salvar a su pueblo de la pandemia del Covid-19, que mantiene a Brasil en  octavo lugar del raking mundial (y en el primero de América Latina), con más de 163 mil infectados y más de 11.200 muertes.

Y como si de un juego se tratara, los «bolsonaristas» están más cerca de creer que el mandatario brasileño es un dios, que los protegerá de cualquier mal, y están lejos de ver el peligro que significa: Un presidente que desafía a toda la estructura política y judicial de su país y que se niega a acatar las medidas de confinamiento, un hombre que pide a gritos la reactivación de la economía en un país atestado de la enfermedad más infecciosa de final de esta década.

Tan dispuestos están con Bolsonaro, que han salido a manifestar, incluso, han obstaculizado con sus vehículos las entradas hacia hospitales donde se atienden a los enfermos con el Coronavirus, para protestar contra la cuarentena que ha tenido que ser manejada y decretada por las autoridades locales, ante la negativa de Bolsonaro y los bolsonaristas de acatarla.

Y de la mano con esta falta de empatía con el prójimo, irónicamente, el bolsonarismo se identifica con los ideales del cristianismo, pero en la forma de las iglesias pentecostales o evangélicas brasileñas, las misma que con los años se han convertido en una de las empresas económicas más rentables y con «calidad de exportación» al resto del continente, y que han reemplazado y tomado los espacios abandonados por la iglesia Católica y sus escándalos de pederastia.

Si estos dos elementos llegan a juntarse permanentemente, y llamarse bolsonarista es sinónimo de ser cristiano fundamentalista, este movimiento podría extenderse no solo entre los sectores más vulnerables de Brasil, que son los que han abrazado esta fe, sino a otros países latinoamericanos, donde estas iglesias son cada vez más frecuentes.

 

El bolsonarismo ¿Un riesgo para América Latina?

Pese a que el bolsonarismo no es la mayoría, se calcula que solo unas 50 millones de personas en Brasil apoyan al actual mandatario, se ha visto como si fuera de mayor impacto por la indiferencia o la intimidación social ante la escalada neofascista de Jair Bolsonario.

«Nunca, en ningún momento de la historia el régimen fascista nació o se consolidó únicamente con fascistas. La indiferencia es tan central en la sustentación de un régimen como lo es el nivel de apoyo. Es totalmente ahistórico y asocial imaginar soluciones políticas, por más totalitarias que ellas sean, apoyadas por 100% o 99% de las personas. Ellas solo sobreviven si tuvieran una minoría muy escasa y sin apoyo, o sin suficiente apoyo, que se le resista», explica el politólogo portugués, Manuel Loff.

Es por ello que, el catedrático considera que el bolsonarismo es el neofascismo adaptado al Brasil del siglo XXI.

“El discurso que tiene sobre los movimientos sociales y políticos que se le oponen, sobre las mujeres, las minorías étnicas, la familia, la nación, Occidente configura un neofascismo adaptado al Brasil del siglo XXI”, expresa al tiempo que advierte sobre el riesgo de que esta doctrina, que inteligentemente se ha plegado al «movimiento evangélico», pueda expandirse si no se toman acciones a tiempo.

«El bolsonarismo es simplemente la sumatoria de esa nostalgia de la dictadura, discurso sobre la corrupción —por tanto demagogia moralista—, a lo que se suma después una conexión con el mundo evangélico. Y si esas tres condiciones existieran en otras sociedades latinoamericanas, el bolsonarismo podría expandirse, conseguiría replicarse. Y creo que hay características muy semejantes en la derecha venezolana, mexicana, argentina y chilena, para que eso suceda», alerta.

Maya Monasterios Vitols- VTactual.com

#ImpropiosVT: En plena pandemia, posición de Bolsonaro sobrepasa el estupor

LEE Más

spot_img