El centro de Barcelona es un caos completo. Saqueos, incendios por doquier y la presencia constante de agresivos manifestantes contra la sentencia a los del “procés”, es el paisaje que ensombrece a la emblemática ciudad. Las duras represiones no han cesado, así como el número de heridos producto de las acciones policiales y el encarcelamiento de cientos de manifestantes.
El cuerpo de Bomberos de Barcelona no se da abasto ante la quema de comercios, edificaciones y barricadas callejeras. La sede de Hacienda en Lleida se quemaba la noche del miércoles producto del incendio que manifestantes hicieron en contenedores de basura. El Passeig de Ronda también ardía, así como la Rambla Vella y el edificio de la Subdelegación del Gobierno Militar.
El presidente de la Generalitat, Quim Torra, rechazó los actos vandálicos y pidió la calma en la ciudad, al tiempo que alentó a los manifestantes a ejercer su derecho pacíficamente. «No hay justificación ni para quemar coches ni para ningún acto vandálico. La protesta ha de ser siempre pacífica«, comentó la máxima autoridad catalana, al tiempo que señaló como infiltrados a los causantes de la destrucción de propiedad pública y privada. «No podemos permitir que un grupo de infiltrados dañen la imagen del independentismo«, sentenció.
Actuación policial
En medio de los destrozos ocurridos en varias ciudades de Cataluña, los cuerpos policiales se han visto rebasados. Su actuación represiva, no ha podido controlar a los miles de manifestantes que se mantienen en las calles a pesar del llamado a la calma de las autoridades. Unos 100 detenidos y cerca de 350 heridos contabilizaban los cuerpos de seguridad y salud de Barcelona al término de la tercera jornada de disturbios en esa ciudad.
Los cortes de calles se mantienen en diferentes puntos y los enfrentamientos entre efectivos policiales y manifestantes se producen cuando los primeros proceden a levantar los escombros. Hasta este miércoles se contabilizaron más de 12 vehículos quemados en diferentes calles de la ciudad.
RB