Aceptado por el jefe del Banco Mundial, Paul Romer, resulta ahora imposible de rebatir el hecho de que esta entidad ha alterado las mediciones económicas de naciones por motivación política.
A través de una publicación del Wall Street Journal, el economista asumió que esto se hizo para perjudicar a la mandataria chilena Michelle Bachelet. Primero, durante su mandato entre 2006 y 2010, aunque a su salida y la llegada del derechista Sebastián Piñera, los índices de la nación fueron alterados al alza.
Cuando Bachelet retornó a la Casa de la Moneda, en 2014, nuevamente el Banco Mundial y sus calificadoras volvieron a situar a Chile con unos altos niveles de volatilidad en su economía.
“Quiero disculparme personalmente con Chile y cualquier otro país donde hayamos transmitido una impresión equivocada”, se excusó Romer ante la poca veracidad de una dinámica que está “potencialmente contaminada por las motivaciones políticas del personal” de la referida entidad.
Así como en el caso de Chile, se conoce que las mediciones sobre Venezuela suelen situarla como un país económicamente riesgoso y de poco cumplimiento de sus compromisos, aunque la nación suramericana cumple normalmente con los pagos de su deuda y compromisos comerciales con naciones aliadas. Es otro ejemplo de cómo el gran capital teje los ataques globales contra gobiernos que no respaldan las pretensiones de la derecha mundial.
JI