“Podemos confirmar que un paquete explotó en una dependencia de FedEx esta madrugada”, señaló la distribuidora. “Un miembro de nuestro personal es atendida por heridas menores”. Se trataba del quinto ataque en las últimas semanas en la ciudad de Austin, Texas.
El terrorismo comienza a mutar en la casa del Tío Sam. El de este martes estuvo precedido por una explosión que tuvo lugar el domingo pasado, y a ese a su vez lo precedieron otros tres ocurridos en Austin en las últimas semanas; en los cuales habían muerto dos personas y otras cuatro resultaron heridas.
“Claramente estamos lidiando con lo que por ahora esperamos que sea un atacante serial”, dijo en rueda de prensa el jefe de policía de Austin, Brian Manley. “¿Esto es terrorismo? ¿Está vinculado al odio?”, se preguntó Manley. “Como dijimos desde el principio, no estábamos dispuestos a clasificar esto como terrorismo, como (crímenes de) odio, porque simplemente no sabemos lo suficiente”.
Aunque Manley se rehuse a llamarlo terrorismo, en otra declaración, el agente especial del FBI Christopher Combs dijo: “Estamos muy preocupados de que un niño pueda estar caminando por la acera y tocar algo así”, añadió. ¿Cómo se le llama a esa creación de un clima de terror e inseguridad susceptible de intimidar a la población en general?, cabe preguntarse.
Finalmente y tras un incisivo despliegue del escuadrón táctico SWAT que buscaba ponerlo bajo custodia, Marc Anthony Conditt, un joven conservador de 23 años se inmoló con uno de sus artefactos explosivos.
El presidente de su país no tardó en twittear: “EL SOSPECHOSO DE LAS BOMBAS DE AUSTIN ESTÁ MUERTO ¡Gran trabajo de las fuerzas de seguridad y de todos los implicados!”
Y así, sin más, el “bombita” gringo pasó de sembrar el terror a morir aterrorizado en una nación cuyo principal líder aplaudió su muerte y algunas semanas antes sugirió armar a los profesores para evitar las matanzas en los colegios. ¿Se sentirán seguros los ciudadanos de una sociedad como esta en la que la muerte parece ser la única garantía?, también cabría preguntarse.
KPO