La violencia con armas de fuego en Estados Unidos alcanza su nivel más alto desde 1994.
En el año 2020 se produjo un aumento histórico de los homicidios en Estados Unidos, que continuó en 2021.
Breve cronología de las armas de fuego en Estados Unidos
La tasa de homicidios con armas de fuego en Estados Unidos alcanzó su nivel más alto desde 1994 durante el primer año de la pandemia de Covid, con importantes disparidades raciales y de clase, según un informe de los CDC publicado este martes.
En el año 2020 se produjo un aumento histórico de los homicidios en Estados Unidos, que continuó en 2021.
Las armas de fuego se utilizaron en el 79% de los homicidios y el 53% de los suicidios en Estados Unidos en 2020.
La tasa de homicidios con armas de fuego de la nación aumentó un 34,6 por ciento de 2019 a 2020.
Los niveles de pobreza más altos vieron aumentos más grandes, con minorías raciales y étnicas más propensas a vivir en comunidades con alta pobreza circundante.
Desde hace un par de años
En 2020, los condados con los niveles de pobreza más altos tenían tasas de homicidio y suicidio con armas de fuego 4,5 y 1,3 veces más altas, respectivamente, que los condados con los niveles de pobreza más bajos.
Mientras que las tasas generales de suicidio con armas de fuego se mantuvieron «relativamente sin cambios» de 2019 a 2020, aumentando solo ligeramente.
Según los CDC, los homicidios y suicidios con armas de fuego son una preocupación de salud pública «persistente y significativa» en los Estados Unidos.
Armas de fuego en Estados Unidos y la violencia estructural
«Las desigualdades sistémicas de larga data y el racismo estructural han dado lugar a oportunidades económicas, de vivienda y educativas limitadas, asociadas a las desigualdades en el riesgo de violencia y otras condiciones de salud entre varios grupos raciales y étnicos», dice el informe.
«La importancia de las estrategias integrales que pueden poner fin a la violencia»
- Abordando los factores subyacentes que contribuyen a las tasas de homicidio y suicidio: como las desigualdades económicas y sociales que impulsan las disparidades raciales en los resultados de salud, según el informe.
Las políticas que mejoran la estabilidad económica y familiar, como las subvenciones para el cuidado de los niños y las ayudas a la vivienda, podrían ser algunas de ellas, al igual que los programas de divulgación comunitaria.