Según una encuesta del Centro de Estudios de Opinión Pública (CEOP), divulgada por los medios locales, el presidente argentino, Mauricio Macri, es calificado negativamente: Siete de cada diez personas creen que el gobierno maneja mal o muy mal la economía y que la situación del país empeorará en 2018.
Como si esto fuera poco, consideran que también habrá deterioro de las cosas dentro de su propio hogar. Tres cuartas partes de los entrevistados afirman que sus ingresos no les alcanzan, o bien a lo sumo, apenas llegan a fin de mes.
Las críticas a todo lo que tiene que ver con el manejo de la economía no provienen sólo de los que se reconocen opositores sino también de quienes se ubican como independientes. Es decir, hay oficialistas cada vez menos convencidos, opositores férreos e independientes que están muy críticos.
Durante su alocución en el Congreso, el mandamás de la Casa Rosada aseguró que “lo peor ya pasó” y existe un “crecimiento invisible”. Sin embargo, la gente de a pie no percibe ni el crecimiento, ni la mejora.
Actualmente el gobierno vive una crisis en la opinión pública que se agravó en forma notoria a raíz de la reforma previsional y el golpe a los jubilados. Prueba de ello son los canticos en los estadios, conciertos y el subterráneo.
La realidad es que Macri está en números rojos, pero a la vez hay una especie de cambio silencioso. Entre los que se consideran oficialistas, son cada vez más los que se ubican como periféricos y cada vez menos los que se consideran núcleo duro.
“Las promesas no alcanzan y es más que evidente que los argentinos no se arreglan con voluntarismo futurista. Se acabaron los tiempos de promesas, llegó la hora de realidades concretas”, revela el análisis que se desprende de la encuesta.
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