Ha sido tendencia, desde la arremetida brutal de la guerra económica en Venezuela, la denuncia sobre el aumento desproporcionado del precio del alimento concentrado para perros y gatos. La dependencia a la comodidad de servir pepitas secas en el plato de comida de los animales de la casa se vio afectada, en principio, por la desaparición forzada de los productos comerciales de los anaqueles y, luego, por el desmedido costo con el que aparecieron marcadas las bolsas un tiempo después.
El hecho es que mucho antes de que se comercializaran estos productos industrializados las familias preparaban en casa el alimento de sus animales. Sin embargo, una vez posicionadas las marcas comerciales, ya hace muchos años, casi nadie volvió a cocinar, convirtiéndose éstas en el único menú para los peludos. Esta dependencia casi absoluta al alimento concentrado y la imposibilidad de adquirirlo a su precio actual han hecho pasar momentos muy duros a las familias venezolanas.
En Venezuela, salvo quienes alguna vez sí cocinaron para sus animales, prácticamente nadie tiene idea de qué darles de comer en sustitución de la “perrarina” y la “gatarina” (nombres comerciales por los que son conocidos), fórmula que además, contrariamente a la imagen que muestra el paquete del producto comercial, no está elaborada con los jugosos filetes de carne o muslos de pollo con vegetales frescos y granos seleccionados que afirman contener. Así que, sin información y con poco acceso a algunos alimentos, darle de comer a los peludos de la casa se convirtió en una pesadilla.
Pero todo momento difícil obliga a buscar soluciones inmediatas. En entrevista para VT, la presidenta de la Misión Nevado, Maigualida Vargas, explicó que la situación generada por la guerra económica ha permitido mirar más allá y buscar nuevas alternativas que permiten dar respuestas rápidas y eficientes para alimentar de manera saludable a nuestros animales de compañía. “El planteamiento es volver a las raíces”, señala Vargas, a lo que añade: “cocinando en casa un alimento balanceado con ingredientes de fácil acceso y que, en las proporciones adecuadas, cubre sus necesidades alimenticias. Además, como están exentos de conservantes y otros químicos, son más saludables para nuestros animales”.
La elaboración del alimento alternativo fue el resultado de una investigación realizada por el Banco Central de Venezuela en Maracaibo, la Universidad del Zulia y el Instituto Universitario de Tecnología de Maracaibo junto a veterinarios y personal de la Misión Nevado expertos en el área. La fórmula que actualmente se está desarrollando incluye sólo ingredientes autóctonos venezolanos, lo que se traduce en costos accesibles y soberanía alimentaria.
Con base en los resultados de la investigación, se elaboró una receta con ingredientes sencillos que se puede preparar incluso con algunas de las sobras de alimentos para humanos: vísceras de pollo, res o cerdo, yuca o topocho, harina de maíz o arroz, moringa, pira, zanahoria, huevo, un poco de sal y un poco de orégano, todo muy bien cocinado (ver cuadro anexo con proporciones para dietas de 1 y 3 kilogramos). Ya cocido y bien refrigerado y almacenado, este alimento se puede conservar hasta por 15 días. En cuanto a la dieta para gatos, se debe incluir la taurina como ingrediente indispensable. Ésta se encuentra en el pescado y en algunas carnes y verduras.
De acuerdo con la información suministrada por la presidenta de Misión Nevado, esta receta puede realizarse en 3 presentaciones -puré, semi húmedo y croqueta – de acuerdo con los gustos, necesidades de los animales o recursos como horno o molino. Sin embargo, los ingredientes son los mismos pudiendo variar o adecuarse con lo que las familias tengan en casa. “Lo importante es ofrecer la cantidad adecuada de proteínas animales, vegetales y carbohidratos para que sea balanceada. De cualquier forma, un plato de comida hecho en casa siempre será mejor y la ventaja es que los ingredientes pueden variar de acuerdo a los alimentos que sean de temporada o por los que estén a mejor precio en el mercado, por lo cual siempre será más económico”, explicó.
El proyecto se desarrolla en tres fases. La primera comprende la elaboración de alimento casero cuya receta se difunde en todo el país a través de talleres de formación y la página www.misionnevado.gob.ve. La segunda fase comprende la elaboración artesanal del alimento concentrado en los espacios socioproductivos Tinjacá. “La idea es que la producción obtenida pueda ir garantizando la alimentación de los animales que protege la Misión Nevado en sus espacios e ir sustituyendo progresivamente el alimento comercial por el que estamos elaborando”, resaltó Vargas.
La tercera fase implica la producción semi-industrial cuya meta a largo plazo es introducir en el mercado nacional un alimento a costo accesible para satisfacer las necesidades, sobre todo de las poblaciones más vulnerables.
Mientras se desarrollan estas fases, tenemos herramientas para alimentar de forma balanceada a nuestros consentidos de la casa sin que esto nos quite el sueño. Ahora es posible ofrecer un menú variado que no cuesta tanto y a cambio tendremos compañeros con una larga y saludable vida.
T/MP