El Gobierno de Alemania prepara, en coordinación con Atenas, la expulsión de refugiados a Grecia, amparado en el sistema de Dublín, según el cual corresponde al país comunitario al que llega el solicitante de asilo, gestionar su petición.
El ministro griego de Migración, Yannis Muzalas, confirmó que las autoridades de ambas naciones están preparando las operaciones, las cuales fueron suspendidas desde 2011 por falta de posibilidades reales de llevarlas a cabo por parte de Grecia, país por el que además entró en territorio de la UE la gran mayoría de los peticionarios de asilo con la crisis migratoria de 2015.
Los afectados por esta normativa serán los refugiados que salieron de Grecia en dirección a otros países del bloque comunitario desde marzo de 2017. Según el programa Report Mainz, el Ministerio de Interior alemán indicó que su nación ha tramitado 302 peticiones de expulsión hacia Grecia. Además aceptó que existen “presiones desde países de la Unión Europea para que vuelvan a admitir expulsiones en dirección a su territorio”.
Alemania recibió desde entonces 1,3 millones de peticionarios de asilo, principalmente a través de la ruta de los Balcanes y a lo largo de ese primer año, 2015. Con el cierre de fronteras en esa vía y el acuerdo entre Turquía y la UE en materia de refugiados, el flujo descendió notablemente.
En los últimos meses, Alemania ha seguido recibiendo una media de 15.000 peticiones mensuales, pero en junio seguían pendientes de evaluación y resolución unos 165.000 expedientes acumulados.
Desde 2014, los Estados Unidos cuentan con presencia militar masiva de sus fuerzas en Siria, bajo el objetivo de asistir a las Fuerzas Democráticas Sirias y las Unidades de Protección Popular kurdas en su supuesta lucha contra el Estado Islámico. Esta acción es considerada por el Gobierno sirio como una violación de su soberanía.
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