Cada año es más común que aumente el número de denuncias por agresión sexual a menores, en las últimas décadas el número de implicados en este delito ha ido en ascenso: sacerdotes, maestros, familiares y jefes son señalados como pedófilos, pero las denuncias suelen aparecer años después del abuso, los niños generalmente guardan silencio.
En función de esta realidad la Fundación de la Cumbre Mundial de la Mujer (FCMM) decide conmemorar el 19 de noviembre como el Día Mundial de la #InfanciaLibreDeAbuso con el objetivo de evidenciar los abusos y la explotación a los niños, niñas y adolescentes, problema que no distingue país, raza, cultura o condición social.
Aunque las cifras de denuncias son cada vez más altas, esta realidad puede interpretarse desde dos puntos de vista: el acelerado aumento de este flagelo o por el contrario una posibilidad de que las campañas para prevenir y denunciar los abusos está dando resultados.

Las instituciones que por lógica deberían proteger a la infancia están más bien relacionadas con el abuso: la iglesia, la familia, la escuela. Las cifras aumentan, aunque ningún país se atreva a publicar las cifras reales. Colombia por ejemplo registró en 2017 unos 22.519 casos contra niños entre los 10 y 14 años.
Por su parte en el Reino de España Investigadores aseguran que entre el 10% y el 20% de la población ha sido víctima de abuso sexual, sin embargo esta cifra contrasta con una realidad que deja en evidencia las cifras el del Ministerio de Sanidad del año 2015: el 23% de las mujeres ha sido víctima de abuso sexual durante la infancia.
EC