El turismo es un gran invento hasta que se descontrola y se vuelve depredador. Bien lo saben algunos de los destinos de esta lista que ven cómo la afluencia masiva de público amenaza el patrimonio y la convivencia.
En muchos lugares se están implantando medidas para controlar estos flujos descontrolados de turistas, aunque la efectividad de las mismas es poca; es como ponerle puertas al campo.
VTActual.com le presenta 7 lugares que están siendo amenazados por un turismo sin conciencia humana:
1.- Machu Picchu
Hacía tiempo que la UNESCO venía advirtiendo sobre el peligro que sufría la gran ciudad inca por el turismo descontrolado. Ha sido este verano cuando las autoridades de Perú han empezado a velar por la seguridad del monumento imponiendo restricciones de acceso.
2.- Venecia
Fue de las primeras en dar la voz de alarma ante las consecuencias de un turismo fuera de control. Pese a los años debatiendo sobre el daño que están provocando tantos visitantes, pocas soluciones se están poniendo encima de la mesa. Es muy difícil restringir el acceso a una de las ciudades más bellas del mundo cuando hay tantos intereses en juego.
3.- Phi Phi Island
La película La Playa con Leonardo DiCaprio puso en el punto de mira esta isla. A esta exposición hay que añadir la permisividad de Tailandia con los desmanes del turismo y los bajos precios. El resultado son miles y miles de viajeros low cost dando rienda suelta a los excesos que no son permitidos en sus países.
4.- Everest
Ni los aproximadamente 25.000 dólares que cuesta una expedición comercial, ni lo peligroso de la aventura impiden que cada año miles de personas intenten llegar a la cima del Everest. De las pequeñas cosas que se está haciendo por preservar la montaña es obligar a los montañeros de las expediciones comerciales a bajar 8 kilos de basura de las toneladas que se han abandonado en el conocido como «el basurero más alto del mundo».
5.- Brujas
Flandes (Bélgica) está poblada de hermosas ciudades, sin embargo es la pequeña Brujas la elegida por todos los turistas. La ciudad mantiene la pulcritud y el orden pero sus calles son un escaparate de comercios y restaurantes para poder atender los ingentes rebaños de turistas que llenan sus calles. Para los que huyen de estos lugares tan masificados, a pocos kilómetros está Gante, Amberes, Malinas, Lovaina… que nada tienen en envidiar a Brujas.
6.- Dubrovnik
La joya del Adriático fue siempre la ciudad más visitada de Croacia a pesar de las muchas alternativas que el país ofrece como Split o Zadar. Sin embargo el auge de los cruceros y la primavera árabe hizo que una parte del turismo de estos países acabara en Dubrovnik colapsando la Ciudad Vieja.
7.- Barcelona
Es la primera gran ciudad española que está poniendo coto al turismo masivo. En temporada alta por el puerto de Barcelona pueden desembarcar más de 30.000 personas sólo de los cruceros de ese día. El turismo low cost que sufren barrios como La Barceloneta es otro aspecto muy denunciado por los vecinos. Las consecuencias son negocios que se escapan al control de la ley, encarecimiento del precio de la vivienda, mcdonalización de la actividad comercial y masificación en zonas turísticas de la ciudad.
La lista de municipios de la costa mediterránea entregados al turismo de borrachera parece no tener fin: Magaluf, Lloret de Mart, Sant Antoni, Salou, Gandía…Turismo barato y de mala calidad que denigran la imagen de los municipios. Cada año todas las partes implicadas anuncian medidas para acabar con ello, sin embargo ahí siguen.

La alternativa del Turismo Ecológico
Crece el número de ecoturistas en el planeta. Una opción que beneficia no sólo a la naturaleza, sino también a las comunidades locales. Según cálculos de la Organización Mundial del Turismo (OMT), se espera que unos mil millones de personas se desplacen por todo el globo realizando viajes de placer, es decir, actividades turísticas.
Un gran parte de estos turistas la conformarán los «ecoturistas», personas que según la Sociedad Internacional de Ecoturismo «viajan de forma responsable hacia áreas naturales, conservando el ambiente y mejorando el bienestar de las comunidades locales».
El año 2002 fue declarado por la Organización de Naciones Unidas como el Año Internacional del Ecoturismo, incluyendo todo tipo de turismo basado en la naturaleza, en el que la principal motivación de los turistas es la observación y apreciación de ésta, teniendo muy presente el respeto hacia las culturas tradicionales prevalecientes en las zonas naturales.

Para que el «turismo» ecológico sea considerado como tal, debe cumplir con premisas básicas:
El bajo impacto ambiental: Implica un turismo cuidadosamente regulado, practicado por personas genuinamente interesadas en la naturaleza, dispuestas a causar el menor disturbio posible y respetuosas de las costumbres locales. Una técnica para reducir tal impacto es la «zonificación» de áreas protegidas, delimitando las áreas más frágiles con acceso restringido mientras que en otras áreas se permita sólo la visita manteniéndose en el sendero todo el tiempo.
La conservación de la biodiversidad: El ecoturismo ha contribuido en atraer la atención sobre especies en peligro de extinción y fomentar su conservación como el caso del quetzal, ave mística en las regiones altas de los países centroamericanos, especialmente en los bosques nubosos donde se encuentra. Igual sucede con varias playas donde desovan tortugas marinas y que ahora son protegidas y visitadas por ecoturistas en giras nocturnas con el concurso de guías bien entrenados que vigilan que la observación por parte de visitantes no entorpezca las deposiciones de huevos de las tortugas hembras. Al igual que en Kenya donde se ha calculado cuánto más vale un animal silvestre vivo que muerto.
Desarrollo de actividades educativas y científicas: La habilitación para el ecoturismo de áreas protegidas ha aumentado considerablemente el interés hacia la flora y fauna y sus múltiples interacciones.
Beneficio económico: Los ingresos del ecoturismo tanto directos como indirectos son considerables y tienden a aumentar año tras año. Incluyen no sólo los gastos en hoteles, comidas, transportes, pago de guías, compra de artesanía, artículos fotográficos, sino también el pago de entradas a los parques nacionales y otras categorías de áreas protegidas.
Mejoramiento de las áreas protegidas: Los ingresos económicos obtenidos mediante el turismo económico, en gran parte gracias al ingreso de divisas extranjeras, deben reinvertirse en parte para la conservación y uso sostenible de las áreas protegidas y parques naturales que son visitados por los ecoturistas.
Combinaciones del ecoturismo con otras formas de turismo: La combinación de aspectos ecoturísticos con otros usos de la tierra, y otras actividades -como la arqueología- han demostrado atraer un número cada vez mayor de ecoturistas.
Beneficios para las comunidades locales: El ecoturismo presupone interés y mejor comprensión de parte de los visitantes hacia las poblaciones locales, incluyendo pueblos indígenas y su modo de vivir. Estas comunidades nativas deben verse económicamente beneficias por la actividad del turismo.
SC