El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, inició una gira por Europa que le llevará sucesivamente a Berlín, París y Londres.
El periplo, busca convencer a los tres firmantes del acuerdo nuclear con Irán, que den un paso atrás siguiendo los pasos de Washington o que al menos acepten revisar lo pactado hace tres años a la vista de los documentos que el espionaje israelí supuestamente “extrajo” de Teherán.
La Unión Europea apuesta por mantener el acuerdo, que afecta a los vínculos comerciales de sus empresas con Irán. Ellos temen las consecuencias que pueda tener para sus empresas la retirada de EE.UU. del acuerdo y las futuras sanciones que Washington impondrá a Teherán.
“Me voy a reunir en Europa con tres importantes líderes: Angela Merkel, Emmanuel Macron y Theresa May. Vamos a hablar sobre los principales acontecimientos de la región, pero poniendo énfasis en Irán, en la necesidad de seguir bloqueando su programa nuclear (…) y sus planes expansionistas y agresivos en Oriente Próximo y en especial en Siria”, dijo Netanyahu.
No es un dato menor, que además de la negativa de los tres países europeos de abandonar el pacto nuclear con Irán, también China y Rusia -firmantes del acuerdo- apoyan la decisión.
Además, el Organismo Internacional de Energía Atómica avala con sus inspectores el cumplimiento del texto suscrito en 2015.
Sin embargo, no sólo el desencuentro sobre el tema iraní separa a Israel de Europa. El estallido de violencia en la frontera de Gaza ha perturbado casi todas las relaciones del Estado sionista con los países autónomos de Washington.
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