Los Nacionales de Washington escribieron su propia página en el béisbol de las Grandes Ligas al conquistar por primera vez un título de Serie Mundial. En 7 vibrantes partidos, los de la capital remontaron una serie adversa contra los poderosos Astros de Houston, a quienes propinaron una última derrota de 6 carreras por 2 en el Minute Maid de Houston.
Esta final tuvo una particularidad muy extraña en el béisbol: el equipo visitante siempre ganó cada partido. Así los Nacionales obtuvieron sus cuatro victorias en Houston y los Astros se impusieron en tres ocasiones en Washington. Esta rareza no se había producido nunca en el béisbol de las Grandes Ligas, por lo que constituye un récord digno de recordar.
Washington se apoyó en un magnífico pitcheo a cargo de los estelares Max Scherzer y Patrick Corbin, y a una ofensiva soberbia comandada por Anthony Rendon y Howie Kendrick, quienes despacharon sendos cuadrangulares.
Los dirigidos por Dave Martínez se acostumbraron a nadar contra la corriente esta temporada e hicieron válida la frase popularizada en su camiseta “Sigue en la pelea”. Los Nacionales llegaron con un comodín a los playoffs, vinieron de atrás contra Milwakee y también lo hicieron en la final contra los Astros. Washington se convierte en el sexto equipo en la historia de las Grandes Ligas en ganar una final luego de llegar a playoffs con comodín.
La capital estadounidense no veía ganar a un equipo de su ciudad desde que en 1924 obtuvieron el título los Senadores de Washington. La actuación de dos venezolanos enfrentados, Asdrúbal Cabrera por Washington y José Altuve por Houston, fue destacada para cada uno de los equipos que llevaron hasta el límite las oportunidades de coronarse esta temporada.
RB