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¿Ejemplo para Venezuela? Algunas violaciones de DD.HH. de Estados Unidos en el mundo (+Infografía)

El gobierno estadounidense, en sus distintas administraciones, se ha erigido mediáticamente como el máximo defensor de las garantías de Derechos Humanos (DDHH) en el mundo. Incluso, condenan enérgicamente a países con el alegato de que dichas naciones no respetan los acuerdos internacionales en esta materia, entre ellos a Venezuela.

La nación norteamericana, no obstante, no ha suscrito acuerdo internacional alguno, y de hecho tiene entre sus fronteras (y fuera de ellas) prácticas similares y peores que las que denuncian a viva voz de forma consecuente.

Por eso, hoy traemos una lista con diez casos de violaciones flagrantes a los DD HH perpetradas por Estados Unidos, dentro y fuera de sus fronteras. Algunos casos son tan terribles que todavía es sorprendente cómo el mundo pone la palabra estadounidense por delante al hablar de DDHH.

EE.U.U no ha suscrito ningún acuerdo internacional en materia de Derechos Humanos, y cuenta en su historia reciente con un conjunto de violaciones flagrantes en este apartado.

 

Guantánamo

La cárcel que EEUU mantiene ilegalmente en territorio cubano está plagada de irregularidades. Desde las más de 40 personas presas sólo por ser consideradas «peligrosas», sin juicio ni pruebas de ningún tipo, hasta centenares de denuncias por torturas contra los reclusos.

Entre las técnicas de tortura empleadas en Guantánamo, destacan el submarino, que consiste en la simulación de ahogamiento bajo agua: durante los interrogatorios, oficiales sumergen la cabeza del recluso hasta llevarlo al borde de la asfixia. Lo dejan respirar y le hacen preguntas sucesivas para luego repetir el procedimiento una y otra vez.

Otro método es la constante interrupción del sueño, llevando a los presos al borde de la locura y a un agotamiento extremo; o el confinamiento con ratas e insectos de distintas clases, a oscuras, durante horas. Esto, sumado a las ya de por sí insalubres condiciones en los espacios, es un hervidero de enfermedades.

También denuncian la discriminación de carácter religioso, particularmente a los practicantes del islam, con insultos sostenidos a ellos y sus creencias, hasta la burla de pasajes del Corán. Esto, para una población de tanto arraigo religioso, no es poca cosa.

Espionaje internacional

EEUU ha sometido a gobiernos e individuos a lo largo del mundo a una estricta vigilancia. La incursión del exagente de la inteligencia norteamericana Edward Snowden en el mapa ayudó a corroborar algo que ya era un secreto a voces.

Hay casos sonados de la comisión de vigilancia extraterritorial por parte de la inteligencia estadounidense contra Brasil, Francia, España o Venezuela, por nombrar algunos. Sobre el último, se reveló que estaban espiando comunicaciones oficiales y correos de la estatal Petróleos de Venezuela.

A lo interno del suelo estadounidense, conversaciones y comunicaciones privadas de ciudadanos son vigiladas constantemente. Los teléfonos celulares, correos electrónicos y dispositivos de comunicación en general están a merced de invasiones de la privacidad de sus usuarios.

Violencia de Estado

En los últimos años, la escalada de violencia por las fuerzas policiales de la nación norteamericana ha sido brutal. Sólo en el año 2015, de 1.146 muertos a manos de la policía, 234 (20%) estaban desarmados, según un conteo de The Guardian.

Para el mismo período, el índice más alto es contra la comunidad afro: 7.69 por cada millón de personas, seguido por los nativos americanos (5.49) y los latinos con 3.45. De la población blanca, mataron a 2.95 por cada millón.

Confinamiento solitario

Las prisiones estadounidenses cuentan con celdas destinadas al aislamiento absoluto: cuentan con sólo 2×3 metros, dimensiones cercanas a baños estándar. Ahí deben dormir, comer, hacer sus necesidades y convivir solo con su propia presencia.

El caso de Albert Woodfox es el más emblemático. Fue detenido por robo a mano armada y encarcelado en la prisión de Angola, en el estado de Luisiana. En 1972 fue acusado de asesinato en el centro de reclusión, ocurrido durante un motín. Fue condenado al aislamiento, y lo cumplió hasta el año 2016, cuando fue liberado.

En total, eran 23 las horas diarias que pasaba solo en su celda.

Militares violadores

Entre las fuerzas militares estadounidenses, la cultura de la violación está bastante arraigada. Ha habido diversas denuncias de abuso sexual a mujeres militares en EEUU o en bases con tropas estadounidenses fuera de sus fronteras.

Pero además los desmanes superan las fronteras de esas tropas y afectan a poblaciones civiles en los lugares donde están instaladas bases de bandera estadounidense. En Colombia, entre los años 2003 y 2007 al menos 54 niñas habrían sido violentadas sexualmente por personal norteamericano, según un reporte emitido en 2015 por la Comisión Histórica del Conflicto y sus Víctimas, compuesta por el gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc). Estas acciones se mantienen impunes a la fecha.

Expertos indican que situaciones similares se viven en otros lugares con presencia militar estadounidense, como Filipinas, Japón o Corea del Sur, aseguró Renán Vega, uno de los autores de dicho reporte, citado en 2015 por RT.

Los niños de la guerra

El belicismo gringo ha regado sangre en todo el mundo. Sólo en los 8 años oficiales (2003-2011), la invasión de Irak habría cobrado cerca de medio millón de vidas, y aunque las cifras varían mucho según estudios, ninguno pone la cantidad por debajo de las 150 mil. En este caso, además, resalta el hecho de que la invasión se dio bajo el pretexto de que la nación árabe tendría armamento nuclear en su poder, aunque en todos esos años no hallaron ninguna prueba.

En Afganistán, entre 2001 y 2014, la cifra de muertes se sitúa por encima de las 150 mil personas desde la llegada de tropas norteamericanas.

Estados Unidos y gran cantidad de sus voceros condena abiertamente a Venezuela en materia de Derechos Humanos, mientras mira hacia otro lado cuando se cuestionan las acciones descritas en este trabajo. Esto representa, por lo menos, un claro ejercicio de soberbia e hipocresía política.

JI

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