La sólo idea de que la industria petrolera de Brasil, Petrobras, pase a manos de capital privado, es rechazada por la mayoría del pueblo brasileño, quien ya ha padecido el efecto de varias privatizaciones de empresas públicas desde la llegada de Temer al poder.
El presidente de Petrobras, Pedro Parente, señaló esta semana que la sociedad brasileña no comparte la privatización de la estatal petrolera y que cualquier planteamiento en esa línea provocaría un efecto «perturbador» en el país.
De acuerdo a Parente, varios sondeos realizados por institutos y «entidades bastante respetables» en Brasil, demuestran que el pueblo brasileño rechaza cualquier intento de privatización de la compañía.
Estas afirmaciones surgen a raíz de una fuerte polémica desatada por el gobernador de Sao Paulo y posible aspirante a una candidatura para las presidenciales de octubre, Geraldo Alckmin, quien prometió la privatización de Petrobras en caso de resultar ganador.
Alckmin manifestó que muchos sectores de Petrobras podrían ser privatizados sin que se comprometiera el corazón de la empresa, «todo eso puedo ser privatizado» expresó, al tiempo que aseguró que a futuro se podría «privatizar todo» con un buen marco regulatorio en el país.
Por su parte, Parente cuestionó este planteamiento en estos momentos debido a que Petrobras está inmersa en un proceso de reestructuración luego de descubrirse una gran trama de corrupción que operaba dentro de la misma.
Petróleo Brasileiro S.A es una empresa petrolera brasileña semi-pública, cuya propiedad es mayoritariamente estatal, con participación extranjera privada y una producción media de petróleo de 2,5 millones de barriles diarios.
Con información de Telesur