El Papa Francisco pidió este jueves a los colombianos que eviten la venganza tras un sangriento conflicto de más 50 años para sellar la paz, y exhortó a los líderes del país a promulgar leyes justas para enfrentar la pobreza y la desigualdad que llevan a la violencia.
Al comienzo del primer día de actividades en su gira por Colombia, El Sumo Pontífice dijo a la cúpula política que todos deben ver la paz como un compromiso a largo plazo y no permitir que se debilite con la política partidista.
El país está dividido entre quienes apoyan y quienes se oponen a que unos 7.000 excombatientes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) se reintegren a la sociedad, como estableció el acuerdo de paz firmado en el 2016 por el grupo insurgente con el presidente Juan Manuel Santos para acabar con un conflicto de 53 años que ha dejado por lo menos a unos 220.000 muertos.
El pontífice argentino aseguró que la búsqueda de la paz es un “trabajo que nos pide no decaer en el esfuerzo por construir la unidad de la nación y, a pesar de los obstáculos, diferencias y distintos enfoques sobre la manera de lograr la convivencia pacífica, persistir en la lucha para favorecer la cultura del encuentro”.
Muchos colombianos no pueden olvidar que la guerrilla es acusada de cometer asesinatos y secuestros, y se oponen a que los líderes de las FARC reciban una amnistía y escaños en el Congreso para sumarse a la vida política como un partido.
“Que este esfuerzo nos haga huir de toda tentación de venganza y búsqueda de intereses sólo particulares y a corto plazo. Cuanto más difícil es el camino que conduce a la paz y al entendimiento más empeño hemos de poner en reconocer al otro, en sanar las heridas y construir puentes, en estrechar lazos y ayudarnos mutuamente”, afirmó Francisco.
A superar la pobreza
En su vigésimo viaje al exterior y su quinto a América Latina desde que fue ungido en el 2013, El Papa pidió “leyes justas” que permitan superar la pobreza y la exclusión.
En Colombia, país de 49 millones de habitantes, es evidente la pobreza y la desigualdad social en muchas regiones, una de las razones por las que la guerrilla justifica su lucha armada.
“Leyes que no nacen de la exigencia pragmática de ordenar la sociedad sino del deseo de resolver las causas estructurales de la pobreza que generan exclusión y violencia. Sólo así se sana de una enfermedad que vuelve frágil e indigna a la sociedad y la deja siempre a las puertas de nuevas crisis. No olvidemos que la inequidad es la raíz de los males sociales”, afirmó Francisco.
En su llegada al palacio presidencial, el Sumo Pontífice, de 80 años, saludó a los niños que lo esperaban y lució sonriente ante cientos de funcionarios del gobierno e invitados especiales.
La primera visita papal en 31 años a Colombia también se produce en momentos en que el Gobierno mantiene una negociación con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), un proceso que de ser exitoso le otorgaría a la nación una paz más duradera.
Santos agradeció la visita al Papa y dejó abierto el camino a la reconciliación. El mandatario, ganador del Premio Nobel de la Paz en el 2016, enfrenta fuertes críticas de su antecesor, el expresidente Álvaro Uribe, que cuestiona el acuerdo de paz.
“De nada vale acabar una guerra si aún nos vemos los unos a los otros como enemigos. Por eso necesitamos reconciliarnos. Porque por más de medio siglo nos resignamos a la violencia en nuestro suelo, y sus cenizas de rencor, de dolor, de venganza, todavía son brasas ardientes que debemos apagar”, afirmó Santos.
El Papa se trasladó a la Catedral de Bogotá en un papamóvil y oró en silencio frente a un lienzo con la imagen de La Virgen de Nuestra Señora de Chiquinquirá, patrona de Colombia.
“Vengo hasta aquí como testigo de paz, de la paz que Dios quiere para Colombia. Ésta será posible con el esfuerzo de todos”, escribió Francisco en el diario de la catedral.
Más tarde, en su encuentro con 20.000 jóvenes que lo aclamaron con euforia y a los que bendijo, el máximo jerarca de la Iglesia Católica les pidió perdonar sin odio y los invitó a soñar en grande para impulsar el desarrollo del país.
”¡No le teman al futuro! ¡Atrévanse a soñar a lo grande! A ese sueño grande los quiero invitar hoy“, aseguró desde el balcón del palacio cardenalicio”.
“Ustedes nos ayudan en este intento de dejar atrás lo que nos ofendió, de mirar adelante sin el lastre del odio, porque nos hacen ver todo el mundo que hay por delante”, agregó.
En una multitudinaria misa a la que asistieron más de un millón de personas, el Sumo Pontífice alertó a los feligreses sobre las densas tinieblas que amenazan la paz y la vida.
“Hay densas tinieblas que amenazan y destruyen la vida: las tinieblas de la injusticia y de la inequidad social; las tinieblas corruptoras de los intereses personales o grupales que consumen de manera egoísta y desaforada lo que está destinado para el bienestar de todos”, afirmó Francisco.
CC