La jueza Mercedes Alaya denunció ser víctima de una jugarreta política tanto del partido de gobierno (el Partido Popular o PP) como del Partido Socialista Obrero de España (PSOE).
Alaya, quien era la encargada de 2 casos importantes en Andalucía -el de los expedientes de regulación de empleo (ERE) falsos y el de los cursos de formación fraudulentos del 2017- fue víctima de una jugada política que la sacó del seguimiento de las macrocausas.
«había un acuerdo político evidente que consistía en que el PSOE se mantuviera fuerte en Andalucía y, a cambio, dejar al PP en el resto de sus comunidades autónomas», declaró la jueza.
La jugarreta contra Alaya
Mercedes Alaya explicó a la prensa, cómo sucedieron los hechos y el por qué considera que todo fue una jugada política para apartarla. Optó entonces, a una vacante de magistrada en Sevilla, dado a que es un cargo “muy difícil (de) ascender salvo que se diera una circunstancia excepcional, como la que se dio”.
Tanto el presidente de la Audiencia Provincial en Andalucía como ella deseaban que se mantuviera a cargo de las averiguaciones de los casos por la experiencia adquirida en los 4 años de investigaciones.
Realizó todos los trámites necesarios ante los órganos jurisdiccionales superiores, para permanecer en comisión de servicio en el Juzgado de instrucción 6 (donde se procesaban las causas a su cargo).
“Fue una autorización verbal porque hasta que yo no pidiera la plaza, esa comisión de servicios no se podía producir.”
Luego de aceptar la vacante, los vocales de los partidos PP y PSOE en el Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía votaron unánimemente para negarse a que la jueza se encargara de los procedimientos.
Según Alaya existía miedo que siguiera investigando el caso de los cursos de formación «porque había visto ya cosas asombrosas«.
Presiones
Mercedes Alaya también denunció haber recibido presiones desde la Junta de Anlucía, y de Alfonso Guerra (PSOE).
«(Alfonso Guerra) dijo que yo estaba vinculada al PP, o que tenía una relación especial con Juan Ignacio Zoido, extremos totalmente alejados de la realidad.», aclaró Alaya.
FAC