La NASA informó el día miércoles sobre el hallazgo de 7 exoplanetas que giran en torno a una estrella. Tres de ellos tienen océanos y, se presume, que sus condiciones atmosféricas pueden ser similares a las de la Tierra. Lo que no han dicho es que un grupo de marcianos ya actúa en el concurso del carnaval de Cádiz. Vienen del Planeta rojo, pero rojo, rojo. Quieren conquistar La Tierra. Y ya se han ganado el corazón de muchos tuiteros españoles que han viralizado el video de la chirigota.
Pantalones morados al estilo de Podemos, el martillo y la hoz en el cinto, una chaqueta tricolor con los distintivos patrios de la República Bolivariana de Venezuela y una bandera con la imagen del Ché Guevara Marciano son algunos de los elementos con los que estos marcianos marcan su posición contra la monarquía de los Borbón y la jefatura de gobierno de Rajoy.
Aunque las agencias espaciales de los países desarrollados no han encontrado evidencias de vida inteligente en Marte, existen documentos osados que han lanzado una tesis nada despreciable: las civilizaciones extraterrestres pudieran simpatizar con ciertas ideologías políticas que palpitan y movilizan a la esfera azul de nuestro sistema solar.
Algunas de estas tesis quedaron plasmadas en el blog Un lugar en la blogósfera y la compartimos con nuestros lectores:
Érase una vez (no cualquier vez, sino más bien “una vez” con fecha segura, un 30 de octubre de 1938) un señor llamado Orson Welles dramatizó en radioteatro la novela de Herbert G. Wells La guerra de los mundos, en la que se recreaba la cobertura noticiosa de una invasión marciana. Durante el tiempo que Wells estuvo ante el micrófono, narró los detalles de la caída de un curioso artefacto en una Granja en Nueva Jersey, aseguró que se habían detectado varias explosiones en Marte, que se registraba el aterrizaje de una serie de naves cilíndricas, habló del avance de un conjunto de trípodes tripulados por pulpos con cuerpos «grandes como un oso, brillantes como cuero mojado» y por último, lo más temido: los marcianos, cuyo aspecto «era indescriptible», entraban en Manhattan lanzando chorros de fuego.
La dramatización fue tan convincente que todavía hoy se comenta sobre la ola de pánico desatada por el programa. Los radioescuchas sucumbieron ante lo persuasivo del relato: las declaraciones interpretadas por actores -que fungían de cronistas, académicos, militares, testigos y funcionarios-, los sonidos incidentales de calles, edificios atacados y un guión de riguroso método que otorgó a la interpretación tal verosimilitud que la gente no se detuvo escuchar el final de la charada, y muchos de ellos corrieron a las calles gritando como quien enfrenta el día del juicio final.
La CBS tuvo que responder a demandas por daños y perjuicios. Las reacciones psicológicas fueron variadas: La mitad de los oyentes padecieron crisis nerviosas. La mayoría sintió como inminente la posibilidad de una guerra contra Europa y tres de cada diez personas admitieron que oír a «científicos» les hizo confiar en que se trataba de una noticia real.
El episodio marcó el inicio del mito sobre una supuesta invasión extraterrestre, esa de la que Hollywood ha sacado tanto provecho. Pero si Orson Wells hubiese hecho su transmisión 60 ó 70 años más tarde, no habrían invadido los marcianos, sino unos sureños de boinas rojas y verrugas en la frente, castrocomunistas, eróticos, iracundos y salvajes.
El chavismo, entonces se habría querido apoderar de La Tierra (para los curiosos, La Tierra –siempre- es EEUU y sus habitantes hablan –siempre- inglés) y con sus petrodólares explosivos y rayos radioactivos iraníes de tecnología atómica ultravanzada amenazaría la Casa Blanca. Y si cree que los comunistas no son capaces de eso, recuerde que reunido con Daniel Ortega y Evo Morales, el mismo Chávez gritó: «¡Muerte al imperialismo!» y concluyó: “No tenemos planes de invadir a EEUU. Todavía eso no está escrito”. Pero para efectos del drama es mejor dejarlo en “todavía”.
Son miles y miles las mentiras ridículas que se han tejido en torno a Hugo Chávez y la Revolución Bolivariana. Y los que caen en ellas nos resultan tan graciosos e ingenuos como las 6 millones de personas que corrieron despavoridas por el radioteatro de La Guerra de los mundos.
Si usted introduce en Google como opción de búsqueda “Hugo Chávez extraterrestre”, le aparecen más de 395 mil entradas sobre el tema. Es más sencillo acceder a deformidades cognitivas como esas que a las verdades sobre del proceso bolivariano y chavista. Chávez no sólo se comunicaba con los extraterrestres reptilianos y leía las cartas, sino que era masón, babalao, evangélico y ateo, todo al mismo tiempo y en ese orden.
¿Qué se puede esperar de un ser tan malo que quiere invadir a La Tierra y exterminar a nuestros hombrecitos que hablan inglés? Podíamos esperar, por ejemplo, que nos quitara la Patria potestad de nuestros hijos. Primero porque Chávez, que era un comunista, pretendía que los hijos fueran los hijos de todos. Segundo porque les quería inocular la doctrina bolivariana en Miraflores. Luego, no conforme, les quería implantar el castrocomunismo. Por último, los traería de Cuba para comérselos. Con un plato vacío a la diestra en ofrenda a Bolívar. Entonces, para no alimentar al “dictador” venezolano era mejor no tener hijos o, si ya los tenías, mandarlos demasiado al carajo.
Ante la inminente salida de los hijos al indigesto tour, quedaría un espacio libre en cada casa. Una habitación libre. Que sería otorgada a un cubano castrocomunista. No sería posible de escapar de ellos porque nos espían. Sí, nos espían a través de los bombillos ahorradores. Y si tenías dos casas, o dos carros, olvídate de propiedades secundarias: esas se entregarían a unos damnificados, o peor: a otros cubanos.
En un mundo globalizado, la única opción que le quedaba al caudillo venezolano era prohibir internet. Quedaríamos aislados. En una burbuja castrocomunista. Solos. Asfixiados en una suerte de isla caribeña, sin alucinación posible con la mujer hermosa y desnuda que corre hacia ti en un oasis porque Chávez prohibiría el uso de toallas sanitarias, tintes de cabello, minifaldas e hilos dentales. La prohibición, que no era cualquier cosa, tendría rango constitucional. No podíamos dudar de la veracidad información porque la publicó ABC.
ABC, que se suma a las grandes cadenas internacionales de noticias, que a su vez se adicionan al 80% de los medios nacionales que son privados, o sea; las únicas voces que nos quedan en el mundo para gritar la verdad de Venezuela: que este hombre sincrético, babalao cubano, comunista, conservador, siniestro, pobre, negro, indio, diabólico, malvado, nos quiso liberar del imperialismo norteamericano y, hasta se atrevió a alertar sobre el riesgo que corre la especie si continuamos con los patrones de consumo que tenemos hoy.
Pero ¿qué será lo que quiere el negro? ¿Desarrollar energía nuclear con Irán? Eso fue lo que dijo Noticiero Digital, que había dicho Nuevo Herald, que había dicho el diario alemán Die Welt, que Chávez y Mahmoud Ahmadinejad están creando una gran base militar invisible en Zaraza, Valencia y Paraguaná. La fuente indicó que ingenieros iraníes y miembros de la Guardia Revolucionaria iraní con acento venezolano pasaron “varios años” construyendo las bases militares invisibles como parte de “un pacto secreto de cooperación” firmado por los mandatarios del súper eje del mal.
Después de las elecciones presidenciales de Venezuela de 1998, elecciones presidenciales de Venezuela de 2000, elecciones presidenciales de Venezuela de 2006, elecciones presidenciales de Venezuela de 2012, elecciones presidenciales de Venezuela de 2013, elecciones parlamentarias de Venezuela de 1998, elección parlamentaria de Venezuela (2000), elección parlamentaria de Venezuela (2005), elecciones parlamentarias de Venezuela de 2010, elecciones regionales de Venezuela (2000), elecciones regionales de Venezuela (2004), elecciones regionales de Venezuela (2008), elecciones regionales de Venezuela (2010), elecciones regionales de Venezuela (2012), elecciones municipales de Venezuela (2004), elecciones municipales de Venezuela (2008), elecciones municipales de Venezuela (2010), el Referéndum sobre la Asamblea Nacional Constituyente de Venezuela de 1999, Referéndum Aprobatorio de la Constitución de Venezuela de 1999, el Referéndum sindical de Venezuela de 2000, el Referéndum aprobatorio presidencial de Venezuela de 2004, el Referéndum sobre la Reforma Constitucional de Venezuela de 2007 y el Referéndum sobre Enmienda Constitucional de Venezuela de 2009, ¿qué más necesita el mundo para empezar a entender que Chávez es un dictador que está coartando la expresión democrática del voto, que nos cercena nuestro derecho al sufragio?
Ese autócrata que pudo invadir nuestra tierra con nuestros hombrecitos open english, ni siquiera se murió la fecha que dijo que se murió (eso lo dijo Capriles), ni siquiera estaba en la urna que dijo que iba a estar (eso lo dijeron “célebres” periodistas del tuiter y otras degeneraciones del oficio), y sobre el espacio aéreo donde se realizaban sus actos fúnebres se vio un OVNI lo que nos permite suponer que no ha fallecido, sino que se encuentra en Cuba (esto se puede leer en internet, así que, debe ser verdad) y secuestrado por Nicolás Maduro, ese mismo que al obligar a la improductiva burguesía nacional a vender en precios justos, convocó a saquear cívicamente en colas organizadas, sin violencia registrada y culminando la transacción con la cancelación por parte del consumidor-saqueador.
Justo antes de comenzar esta nota, me llama un amigo que está en Panamá y me pregunta sobre la violencia y los saqueos que, según los medios, azotan a Venezuela. Frente a lo falso y lo ridículo, prefiero dejarme seducir por una guaracha caribeña y bailar:
“Los marcianos llegaron ya, y llegaron bailando el ricachá, ricachá, ricachá, ricachá, así llaman en Marte al chachachá”
Tomado del Blog Un lugar en la Blogósfera