México fue sacudido este jueves por un terremoto de 8,2 grados de magnitud, el más potente en los últimos 100 años, que dejó al menos 65 muertos y una desoladora devastación en varios estados al sur de la nacióa azteca.
Las réplicas, que en algunos casos llegaron a magnitud 5 en la escala sismológica de Richter, se extendieron durante todo el día agudizando así la desesperación vivida por la población.
Si bien se sintió en una decena de estados, los más afectados fueron Oaxaca, Chiapas y Tabasco, ubicados en el extremo sur del país, donde el territorio se angosta y da paso a la frontera con Guatemala. El sismo ocurrió minutos antes de la medianoche y tuvo su epicentro en el mar, frente a las costas de Chiapas, a una profundidad de 60 km.
En un mensaje desde el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred), el presidente mexicano Enrique Peña Nieto, indicó que este sismo tuvo una magnitud similar al registrado en 1932 y fue mayor al de 1985 (de 8,1 grados) que dejó miles de muertos y desaparecidos en Ciudad de México. “Es el más intenso en casi un siglo”, afirmó el mandatario.
La duración del sismo fue realmente angustiante. El suelo cimbró durante más de dos minutos -exactamente 135 segundos, según los expertos-, haciendo vibrar las viejas y coloniales casas de fachadas coloridas de la región. Pero no terminó ahí. Con posterioridad hubo 266 réplicas, de acuerdo a los registros de los científicos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
“México es un país muy activo sísmicamente, el año pasado se registraron unos 15.400 sismos. En esta ocasión, la intensidad se debió a que la Placa de Cocos se metió por debajo de la Placa Norteamericana”, explicó Xyoli Pérez, del Servicio Sismológico Nacional. Y agregó que el país “se ubica por encima de hasta cinco placas, esa es la razón por la que tenemos tantos movimientos”.
La gente salió despavorida de sus casas a la calle o a los patios para ponerse a salvo, ante el peligro inminente del derrumbe de techos y paredes.
Las construcciones en la región no tienen la solidez necesaria para soportar un sismo de esta índole. Luis Álvarez Icaza, director de ingeniería de la UNAM, señaló que “existen buenos códigos de construcción” en la capital mexicana, pero esa práctica no se extiende al resto del país. Por eso este tipo de terremotos hacen mucho daño en el interior.
La gran mayoría de las víctimas fatales son de Oaxaca (25), y la ciudad más afectada fue Juchitán. Las imágenes mostraban que casi la mitad de las estructuras habían colapsado. Durante todo el día los rescatistas intentaban recuperar cuerpos de las pilas de escombros.
“Fue muy espantoso. Los que pudieron bajaron de sus casas, otros se quedaron sin luz, no podían abrir las puerta porque se atoraban. Había cables eléctricos caídos”, relata Iris Morales con la voz entrecortada. “Nunca antes, nadie, ni los ancianos lo habían sufrido así, incluso las réplicas. Nadie ha dormido hoy”, agrega.
El otro estado que se vio muy afectado fue Chiapas. Especialmente San Cristóbal de Las Casas, la ciudad colonial e indígena donde en 1994 se dio a conocer el “subcomandante Marcos” con la guerrilla Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN). La alarma sísmica sonaba a cada rato anunciando una nueva réplica.
“A mis 93 no había sentido un temblor tan fuerte y que durara tanto tiempo. Me asusté mucho; hasta dolor de cabeza me dio”, dice Margarita Morales, una anciana residente de San Cristóbal de Las Casas. Juan Martínez Ramos, de 85 años, pasó el temblor como pudo: “Mi casita se movía de un lado a otro como una hamaca; pensé que se iba a venir abajo”.
El gobernador de Chiapas, Manuel Velasco, salió personalmente a pedirle a la gente que vive cerca de la costa que dejara sus casas para su protección. Miles de personas tuvieron que ser evacuadas por personal de la Marina y la Armada de México.
El terremoto provocó graves daños en hospitales, escuelas, puentes y rutas. Numerosas iglesias de la región montañosa sufrieron grietas y fisuras, caídas de torres y campanas.
En la madrugada se dio el alerta de tsunami en toda la costa. Jorge Zavala, del Servicio Mareográfico, confirmó que hubo olas de hasta tres metros de altura.
“Detectamos un tsunami de relativa importancia en los puertos de Chiapas, cerca de la frontera con Guatemala, e incluso en Acapulco las olas llegaron a ser de dos metros”, señaló, para aclarar finalmente: “Afortunadamente no tuvo la amplitud que podría esperarse de un sismo tan intenso, debido a que las variables de distancia y profundidad ayudaron a eso”.
Los expertos no descartan otro sismo similar.
“Nadie puede predecir cuándo, cómo ni de qué magnitud ocurrirá un sismo; es por eso que en un país tan activo como éste, la gente siempre debe estar preparada”, advirtió Xyoli Pérez.
México está amenazado además por el huracán Katia, que avanza este viernes por el Golfo de México hacia el estado de Veracruz, en una terrible semana en la que otros dos ciclones, Irma y José, también cruzan el mar Caribe con una estela de muertos y graves daños materiales.
CC