«Algún día la van a pegar«, decía el líder de la Revolución Cubana Fidel Castro Ruz sobre los innumerables presagios sobre su muerte. «Nadie es eterno», remataba. La reflexión, que Castro hacía entre risas, aplica a cualquier ser viviente sobre la faz de la tierra, obviamente también a Kim Jong-un.
Al joven y carismático Líder Supremo de Corea del Norte, le han montado obituarios en más oportunidades que las que se espera para un hombre de 36 años. Desde los medios de comunicación surcoreanos y desde las filas opositoras a su gobierno, tan solo en 2020 hemos tenido varios avisos de su muerte o gravedad que finalmente han ridiculizado a esas vocerías.
Kim Jong-un está vivo para seguir incomodando a occidente y a sus detractores. Sus apariciones públicas hechas semanas o días después de los anuncios de su muerte, dan un toque de histrionismo a la situación. Todo hecho a la medida de quien sabe que acapara las portadas.
«Kim Jong-un está muerto a un 99%»
A principios de mayo el abogado desertor norcoreano Ji Seong-ho declaró tras la realización de una intervención quirúrgica al gobernante: «Me informaron que Kim murió el fin de semana pasado. No es 100% seguro, pero puedo decir que lo es en un 99%». El 1% de probabilidades acabó triunfando en esa ocasión.
«Calculo que está en coma«, dijo recientemente Chang Song-min, quien fue asesor del presidente surcoreano Kim Dae-jung. Esas declaraciones, difundidas sin cuestionamientos por medios surcoreanos y estadounidenses, les hicieron una nueva pasada a los pronosticadores de la fatalidad, que cada vez cuentan con menos credibilidad.
En su afán por verle muerto, las redes sociales de occidente montaron también un «falso positivo» con los funerales del padre Kim Jong-Il, para hacer creer que fueron los de su hijo y sucesor.
En Corea del Norte el fervor político y el respeto a Kim Jong-un, es de altos kilates, por lo que es natural buscar hacer mella en el apoyo que tenga su liderazgo. Por otra parte, este tipo de noticias lanzadas al voleo parecen ir más bien dirigidas a un público externo, ya que las restricciones existentes en Pyongyang no permitirán que llegue la información. A cambio, busca debilitar aun más la opinión pública internacional sobre el tema norcoreano.
Señalan a «la sucesora»
Kim Yo-jong es la hermana menor de Kim Jong-un. Tiene 33 años y la fama de ser mucho más radical en lo político que sus antecesores. En las muchas ocasiones en que se habló de la muerte o gravedad del líder norcoreano, el nombre de la hermana salió a relucir como posible sucesora.
Estudió en Suiza junto a su hermano entre 1996 y 2000, para luego especializarse en computación en su país natal. Pero pasaron muchos años para que se hiciera pública su aparición en el mundo político, donde ya se venía formando prácticamente desde niña. En 2011, durante los funerales de su padre, se le vio ocupando importantes puestos de dirección política.
Actualmente Kim Yo-jong tiene a su cargo la secretaría del Partido de los Trabajadores y la señalan de estar detrás del Departamento de Propaganda y Agitación. La joven es una de las estrategas detrás de la proyección de la imagen pública de su hermano.
Kim Yo-jong es acompañante del líder norcoreano en actos oficiales, sobre todo fuera de su país. Ha sido enviada especial a eventos internacionales como representante del Estado. Tiene una línea dura hacia Corea del Sur y ya se encuentra entre las sancionadas por el Gobierno de Estados Unidos. Sin duda una candidata a la sucesión cuando «algún día la peguen» con su hermano.
Randolph Borges/VTactual.com
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