José María Vargas fue médico cirujano, científico, catedrático y rector de la Universidad de Caracas, además de político, escritor y presidente de Venezuela. Su presidencia es recordada como la primera ejercida por un civil y opositor al gobierno anterior. En ese sentido se aspiró a reforzar la institucionalidad del país a través de un hombre no proveniente del mundo militar.
En 1834, cuando se comienza a hablar de los candidatos para el período presidencial (1835-1839), y su nombre se mencionó con gran insistencia sobre todo en los círculos intelectuales, lo que de alguna manera expresaba cierta actitud antimilitarista.
En otras palabras, para 1835 en Venezuela el papel protagónico de la vida política era ejercido por los jefes militares que habían tomado parte en la Independencia venezolana y de otros países en la región. Por tal motivo, ciertos sectores de la sociedad venezolana que veían con desconfianza a esta multitud de hombres que tenían lógicas ambiciones políticas y de poder, trataron de reforzar el poder civil mediante la prestigiosa figura de José María Vargas.
En este sentido, la opinión pública caraqueña y nacional, comenzaron a presionar sistemáticamente a un reticente Vargas para que aceptara la primera magistratura, a lo que accedió finalmente. Fue electo presidente en las elecciones de 1834, voto ratificado por el Congreso el 6 de febrero de 1835 y se encargó de la presidencia el día 9.
Posteriormente el 8 de julio de 1835 estalló la llamada «Revolución de las Reformas» que lo depuso del cargo y lo envió exiliado a Saint Thomas.
Del episodio concerniente a su detención es de donde surgió el famoso diálogo entre Pedro Carujo, militar alzado, y el presidente: «¡Señor Doctor! –grita Carujo- El mundo es de lo valientes-¡Señor Carujo! –replica Vargas- El mundo es del hombre justo y honrado».
Sin embargo, al poco tiempo fue restituido en la primera magistratura, luego que José Antonio Páez (por orden del propio presidente, quien lo nombró Jefe del Ejército para enfrentar a los rebeldes) al mando del ejército constitucional derrotara a los rebeldes. Vargas continuó como Presidente de la República hasta abril de 1836, fecha en la que renunció irrevocablemente a dicho cargo encargándose el vicepresidente Andrés Narvarte.