InicioActualidad15M, Íñigo Errejón y la ética del poder

15M, Íñigo Errejón y la ética del poder

El 15 de mayo de 2011 marcó un punto de inflexión en la historia reciente de España con el surgimiento del Movimiento 15-M, también conocido como el movimiento de los indignados. Esta movilización social espontánea surgió en respuesta a una serie de factores sociales, económicos y políticos que generaron un profundo descontento entre la población española.

La crisis económica global de 2008 había golpeado duramente a España, dejando a su paso un alto desempleo, especialmente entre los jóvenes, y una creciente desigualdad social. Además, los escándalos de corrupción política y la sensación de que los partidos tradicionales habían perdido la conexión con los ciudadanos crearon un caldo de cultivo para el surgimiento de un movimiento ciudadano que demandaba un cambio.

La figura de Íñigo Errejón en el 15M

Íñigo Errejón, politólogo y activista, se convirtió en una de las figuras más destacadas del 15-M. Errejón, quien en ese momento era profesor de la Universidad Complutense de Madrid, se involucró activamente en el movimiento desde sus inicios, participando en asambleas, debates y manifestaciones. Su formación académica y su capacidad de análisis le permitieron convertirse en uno de los portavoces y referentes intelectuales del 15-M.

Los indignados

Errejón abogaba por una transformación profunda del sistema político español, argumentando que la democracia representativa había sido secuestrada por intereses económicos y que era necesario empoderar a la ciudadanía para construir una democracia más participativa y transparente. Su discurso, que combinaba la crítica al sistema con propuestas concretas, resonó entre los indignados y contribuyó a dar forma a las demandas del movimiento.

Las demandas del 15M

El Movimiento 15-M se caracterizó por su diversidad y horizontalidad, con una amplia gama de demandas y propuestas. Algunas de las principales reivindicaciones incluían:

Democracia participativa y transparencia

Los indignados exigían una mayor participación ciudadana en la toma de decisiones políticas, proponiendo mecanismos como la democracia directa y la participación en presupuestos públicos. Abogaban por una mayor transparencia en la gestión pública, el control de la corrupción y la rendición de cuentas de los representantes políticos.

Justicia social y derechos sociales

El 15-M denunciaba las políticas de austeridad y recortes sociales que afectaban a la educación, la sanidad y los servicios públicos. Reclamaban una mayor justicia social, la defensa de los derechos laborales y la protección de los más vulnerables.

Reforma del sistema económico

El movimiento criticaba el poder de los bancos y las grandes corporaciones, exigiendo una regulación más estricta del sistema financiero y una redistribución más equitativa de la riqueza. Abogaban por una economía más sostenible y centrada en las personas.

El legado del 15M y la formación de nuevos partidos

El impacto del 15-M fue profundo y duradero, dejando una huella en la sociedad española y en la política del país. El movimiento inspiró la creación de diversos grupos temáticos y asambleas locales que continuaron trabajando en las demandas planteadas.

Podemos

Uno de los legados más significativos del 15-M fue la formación de nuevos partidos políticos que canalizaron las demandas del movimiento hacia el ámbito institucional. Íñigo Errejón, junto con otros académicos y activistas, participó en la fundación de Podemos en 2014, un partido que surgió con la intención de dar voz a los indignados y llevar sus propuestas al Parlamento.

Ética del poder y el desafío de la institucionalización

La transición del activismo en las calles a la política institucional planteó desafíos éticos y estratégicos para Íñigo Errejón y otros líderes del 15-M. La entrada en la arena política requería negociar y adaptarse a las reglas del juego institucional, lo que generó debates internos sobre la mejor forma de mantener los principios del movimiento.

Errejón defendía la necesidad de una «ética del poder» que permitiera a los indignados transformar la realidad desde dentro del sistema, sin perder de vista los valores de horizontalidad, participación y transparencia que habían caracterizado al 15-M. Esta tensión entre la pureza del activismo y la eficacia de la acción política fue un tema recurrente en la trayectoria de Errejón y en la evolución de Podemos.

El debate continúa

El Movimiento 15-M fue un fenómeno social y político que sacudió a España, poniendo en el centro del debate la necesidad de una democracia más participativa y justa. Íñigo Errejón, como figura clave del movimiento, contribuyó a dar voz a las demandas de los indignados y a plantear alternativas al sistema político tradicional.

España hoy

La formación de nuevos partidos, como Podemos, fue una consecuencia directa del 15-M, aunque también planteó dilemas éticos sobre cómo mantener los principios del movimiento en el ámbito institucional. La ética del poder, según Errejón, se convirtió en un concepto clave para entender la compleja relación entre activismo y política en la España contemporánea.

LEE Más