Unos mil habitantes de Zirándaro, localidad de la región de Tierra Caliente del sureño estado mexicano de Guerrero, marcharon este viernes por la paz encabezados por su alcalde tras la ola de violencia que vive el pueblo desde noviembre por disputas de seis bandas criminales, entre ellas La Familia Michoacana, el Cartel de Jalisco Nueva Generación, Los Viagras, Los Cornudos, los Caballeros Templarios y Los Viejos.
El burgomaestre Gregorio Portillo Mendoza aseguró: «Nos han quitado todo, incluso el miedo, solo queremos paz, solo queremos vivir en nuestro municipio y llevar a cabo nuestras actividades».
De hecho, en la marcha participaron personas de distintos ámbitos de la sociedad así como personas desplazadas desde los poblados y que se han trasladado a la cabecera municipal, vestidos de blanco y cargando globos y palomas en señal de paz.
En el mitin, los habitantes denunciaron que han tenido afectaciones por el repunte de la violencia en el sector educativo, de salud y ganadero, en donde la caída de la producción ha sido estrepitosa.
No se consideran parte de “su guerra”
Portillo Mendoza pidió a los pobladores que no huyan ni lo dejen solo, que regresen a sus comunidades y se dirigió, además, a los grupos criminales: «No trabajamos para nadie, no beneficiamos a nadie, el interés es que el municipio sea próspero (…) Estamos viviendo un terror y les decimos, no somos parte de su guerra».
El alcalde detalló también que más de 50 % de la población ha abandonado las comunidades más grandes de Zirándaro.
Debido a la crisis actual de violencia, que inició el pasado 10 de noviembre con enfrentamientos en la zona serrana, hay desplazados en 40 comunidades y al menos mil personas viven en “sitios temporales”, mientras pasa el conflicto.
FF
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