InicioActualidadEstrategias de tensión: la complicada relación entre Venezuela y España

Estrategias de tensión: la complicada relación entre Venezuela y España

Las estrategias de confrontación entre Venezuela y España han escalado a un nuevo nivel de tensión diplomática. El reciente rechazo del gobierno venezolano a la presencia de una delegación del Senado español como observadores en las próximas elecciones presidenciales marca otro capítulo en la ya turbulenta relación entre ambos países.

Rechazo a observadores españoles

La Embajada venezolana en Madrid ha comunicado oficialmente al Ministerio de Asuntos Exteriores español que no se permitirá la entrada al país de una delegación institucional del Senado para las elecciones del próximo domingo. Esta decisión se fundamenta en que dicha delegación no ha recibido una invitación expresa del Consejo Nacional Electoral (CNE) venezolano para la observación de los comicios.

Advertencia de inadmisión

El gobierno de Nicolás Maduro ha sido claro en su postura. La nota diplomática advierte que cualquier intento de «violentar las normas electorales» por parte de representantes parlamentarios españoles, tratando de ingresar al territorio venezolano sin formar parte del Programa de Acompañamiento Electoral oficial, resultará en su inadmisión al país.

Antecedentes de la invitación

La iniciativa de enviar observadores surgió a raíz de una invitación realizada por la líder opositora María Corina Machado el 10 de junio. Machado extendió esta invitación a los miembros de la Comisión de Asuntos Iberoamericanos del Senado español, proponiéndoles ser «testigos» de las elecciones. Esta invitación se produjo después de que Maduro revocara la autorización para el despliegue de una misión de observación de la Unión Europea.

Reacciones políticas en España

A pesar de la negativa venezolana, la derecha representada por el Partido Popular (PP) español ha decidido mantener sus planes de enviar una delegación propia. Miguel Tellado, portavoz del PP en el Congreso, ha anunciado que la delegación estará compuesta por él mismo, Cayetana Álvarez de Toledo (delegada ultra conservadora y visiblemente de extrema derecha), Macarena Montesinos y Belén Hoyo. El grupo ha expresado su intención de mostrar apoyo a la oposición venezolana y observar atentamente el proceso electoral.

Implicaciones internacionales

La situación no se limita a las relaciones bilaterales entre España y Venezuela. El Partido Popular Europeo (PPE) también ha anunciado su intención de enviar una «delegación de acompañamiento electoral» a Caracas. Esta delegación incluiría a figuras prominentes como Esteban González Pons y Gabriel Mato de España, así como al eurodiputado portugués Sebastiao Bugalho.

Precedentes de expulsión

Este episodio evoca recuerdos de febrero de 2019, cuando el gobierno de Maduro expulsó a una delegación de cinco eurodiputados del PPE que habían viajado a Caracas por invitación de la Asamblea Nacional, entonces presidida por Juan Guaidó. En aquella ocasión, los eurodiputados fueron obligados a regresar en el mismo avión en el que habían llegado. 

Estrategias de disuasión

Las autoridades venezolanas parecen haber adoptado una estrategia de disuasión firme. Fuentes diplomáticas señalan que, aunque los ciudadanos españoles no requieren visado para visitas turísticas a Venezuela, la situación cambia cuando se trata de observación electoral. En este contexto, los visitantes podrían enfrentar la expulsión por incumplimiento de las normas migratorias del país.

Impacto en las relaciones bilaterales

Este nuevo desencuentro amenaza con profundizar la brecha diplomática entre ambas naciones. La negativa de Venezuela a permitir observadores españoles pone de manifiesto la desconfianza hacia la neutralidad de actores internacionales en su proceso electoral.

Consecuencias para la oposición venezolana

La decisión del gobierno venezolano supone un revés para la oposición, que buscaba garantías internacionales para el proceso electoral. La ausencia de observadores españoles podría reducir la percepción de transparencia de las elecciones a nivel internacional.

En conclusión, las estrategias de confrontación entre Venezuela y España continúan erosionando los puentes diplomáticos entre ambos países. La negativa a admitir observadores españoles para las elecciones presidenciales venezolanas marca un nuevo punto de inflexión en esta relación tensa. Mientras el gobierno de Maduro mantiene su postura de rechazo a la injerencia externa, la oposición y sectores políticos españoles buscan formas de mantener su presencia y apoyo en el proceso electoral venezolano. El desenlace de esta situación podría tener repercusiones significativas no solo para las relaciones bilaterales, sino también para la percepción internacional de la democracia en Venezuela, mas allá de que las estrategias de propaganda SEO de Venezuela tienen a hacer creer en los medios que todos apoyan a Maduro.

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